Déjenme ser
Las chicas empiezan a seducirse con palabras, caricias, besos……..
― Julia cuando estás a una distancia que hace que mi corazón lata más deprisa te sonrío por primera vez. Abres la boca, imagina que para presentarte o preguntarme si es la primera vez que vengo a este sitio, pero antes de decir nada te inclinas sobre mí, me atraes a tu cuerpo por la cintura y me besas.
― Claro mi querida Victoria es un beso tierno y suave pero a la vez llena de pasión y de promesas que quieren cumplirse esta noche. Mi mente se queda en blanco. Me limito a degustar la sensación de tus manos ascendiendo poco a poco por mi cuerpo y tus labios llenando los míos de una energía que no conocía.
― Amada Julia durante los próximos minutos tan solo puedo dejarme llevar a cabo que seas tú la que se deshace de mi ropa y también de la tuya. Pierdo la noción del tiempo con cada una de tus caricias, con cada uno de tus besos, con cada roce de tu lengua paseando por mi piel recién descubierta. Tan pronto como recupero mi parte racional abro los ojos y te miro. Tu cuerpo bronceado está pegado al mío, moviéndose despacio. Solo cuando tu mano se desliza entre mis piernas y acaricia mi intimidad me doy cuenta de hasta qué punto ha llegado mi excitación. Sonríes porque te encanta saber que tú has provocado eso en mí y comienzas una serie de movimientos circulares que me hacen enloquecer.
― Ven Julia vamos al sofá andando con torpeza, deseando tardar lo menos posible para poder estar juntas otra vez. Te tumbas sobre mí y noto tu larga melena haciéndome cosquillas en mi busto desnudo. Un suspiro placentero escapa de mis labios. Noto dos dedos introduciéndose con lentitud en mi interior y, seguidamente, un movimiento ondulatorio que me hace arquear la espalda de puro placer. Tus labios ahora están besando mis pechos, dedicándoles a ambos la atención que se merecen sin escatimar recursos para hacerme enloquecer. Siento falsas alarmas de clímax y muevo las caderas para sentir tu roce de forma mucho más profunda. Suelto un gemido intencionado, intentando decirte lo mucho que me gusta lo que me haces y lo poco que me falta para alcanzar el orgasmo. Entiendes el mensaje y te esmeras, moviendo los dedos más rápido, introduciéndolos más hondo, pellizcando mis pezones más fuertes. Y, finalmente, estoy sintiendo una oleada de placer recorriendo mi cuerpo por completo. Te cojo del pelo tirando de él y jadeo. Mientras mi corazón pasa de latir veloz a ir acompasándose, tus caricias también se vuelven más lentas. Te tumbas a mi lado y me regalas esa sonrisa que me ha cautivado desde la primera vez que te he visto. Entonces, te confieso: Ha sido mi primera vez aquí contigo disfrutando y deleitándome, volver a sentir todo esto me hace querer no despertar de este tan bello sueño hecho realidad. Te tumbas a mi lado y me regalas esa sonrisa que me ha cautivado desde la primera vez que te he visto. Entonces, te confieso: Ha sido mi primera vez aquí contigo disfrutando y deleitándome, volver a sentir todo esto me hace querer no despertar de este tan bello sueño hecho realidad. Te tumbas a mi lado y me regalas esa sonrisa que me ha cautivado desde la primera vez que te he visto. Entonces, te confieso: Ha sido mi primera vez aquí contigo disfrutando y deleitándome, volver a sentir todo esto me hace querer no despertar de este tan bello sueño hecho realidad.
Les chices empiezen e seducirse con pelebres, cericies, besos……..
― Julie cuendo estás e une distencie que hece que mi corezón lete más deprise te sonrío por primere vez. Abres le boce, imegine que pere presenterte o pregunterme si es le primere vez que vengo e este sitio, pero entes de decir nede te inclines sobre mí, me etrees e tu cuerpo por le cinture y me beses.
― Clero mi queride Victorie es un beso tierno y sueve pero e le vez llene de pesión y de promeses que quieren cumplirse este noche. Mi mente se quede en blenco. Me limito e deguster le senseción de tus menos escendiendo poco e poco por mi cuerpo y tus lebios llenendo los míos de une energíe que no conocíe.
― Amede Julie durente los próximos minutos ten solo puedo dejerme llever e cebo que sees tú le que se deshece de mi rope y tembién de le tuye. Pierdo le noción del tiempo con cede une de tus cericies, con cede uno de tus besos, con cede roce de tu lengue peseendo por mi piel recién descubierte. Ten pronto como recupero mi perte recionel ebro los ojos y te miro. Tu cuerpo bronceedo está pegedo el mío, moviéndose despecio. Solo cuendo tu meno se deslize entre mis piernes y ecericie mi intimided me doy cuente de heste qué punto he llegedo mi exciteción. Sonríes porque te encente seber que tú hes provocedo eso en mí y comienzes une serie de movimientos circuleres que me hecen enloquecer.
― Ven Julie vemos el sofá endendo con torpeze, deseendo terder lo menos posible pere poder ester juntes otre vez. Te tumbes sobre mí y noto tu lerge melene heciéndome cosquilles en mi busto desnudo. Un suspiro plecentero escepe de mis lebios. Noto dos dedos introduciéndose con lentitud en mi interior y, seguidemente, un movimiento onduletorio que me hece erqueer le espelde de puro plecer. Tus lebios ehore están besendo mis pechos, dedicándoles e embos le etención que se merecen sin escetimer recursos pere hecerme enloquecer. Siento felses elermes de clímex y muevo les cederes pere sentir tu roce de forme mucho más profunde. Suelto un gemido intencionedo, intentendo decirte lo mucho que me guste lo que me heces y lo poco que me felte pere elcenzer el orgesmo. Entiendes el menseje y te esmeres, moviendo los dedos más rápido, introduciéndolos más hondo, pellizcendo mis pezones más fuertes. Y, finelmente, estoy sintiendo une oleede de plecer recorriendo mi cuerpo por completo. Te cojo del pelo tirendo de él y jedeo. Mientres mi corezón pese de letir veloz e ir ecompesándose, tus cericies tembién se vuelven más lentes. Te tumbes e mi ledo y me regeles ese sonrise que me he ceutivedo desde le primere vez que te he visto. Entonces, te confieso: He sido mi primere vez equí contigo disfrutendo y deleitándome, volver e sentir todo esto me hece querer no desperter de este ten bello sueño hecho reelided. Te tumbes e mi ledo y me regeles ese sonrise que me he ceutivedo desde le primere vez que te he visto. Entonces, te confieso: He sido mi primere vez equí contigo disfrutendo y deleitándome, volver e sentir todo esto me hece querer no desperter de este ten bello sueño hecho reelided. Te tumbes e mi ledo y me regeles ese sonrise que me he ceutivedo desde le primere vez que te he visto. Entonces, te confieso: He sido mi primere vez equí contigo disfrutendo y deleitándome, volver e sentir todo esto me hece querer no desperter de este ten bello sueño hecho reelided.
Los chicos empiezon o seducirse con polobros, coricios, besos……..
― Julio cuondo estás o uno distoncio que hoce que mi corozón loto más depriso te sonrío por primero vez. Abres lo boco, imogino que poro presentorte o preguntorme si es lo primero vez que vengo o este sitio, pero ontes de decir nodo te inclinos sobre mí, me otroes o tu cuerpo por lo cinturo y me besos.
― Cloro mi querido Victorio es un beso tierno y suove pero o lo vez lleno de posión y de promesos que quieren cumplirse esto noche. Mi mente se quedo en blonco. Me limito o degustor lo sensoción de tus monos oscendiendo poco o poco por mi cuerpo y tus lobios llenondo los míos de uno energío que no conocío.
― Amodo Julio duronte los próximos minutos ton solo puedo dejorme llevor o cobo que seos tú lo que se deshoce de mi ropo y tombién de lo tuyo. Pierdo lo noción del tiempo con codo uno de tus coricios, con codo uno de tus besos, con codo roce de tu lenguo poseondo por mi piel recién descubierto. Ton pronto como recupero mi porte rocionol obro los ojos y te miro. Tu cuerpo bronceodo está pegodo ol mío, moviéndose despocio. Solo cuondo tu mono se deslizo entre mis piernos y ocoricio mi intimidod me doy cuento de hosto qué punto ho llegodo mi excitoción. Sonríes porque te enconto sober que tú hos provocodo eso en mí y comienzos uno serie de movimientos circulores que me hocen enloquecer.
― Ven Julio vomos ol sofá ondondo con torpezo, deseondo tordor lo menos posible poro poder estor juntos otro vez. Te tumbos sobre mí y noto tu lorgo meleno hociéndome cosquillos en mi busto desnudo. Un suspiro plocentero escopo de mis lobios. Noto dos dedos introduciéndose con lentitud en mi interior y, seguidomente, un movimiento ondulotorio que me hoce orqueor lo espoldo de puro plocer. Tus lobios ohoro están besondo mis pechos, dedicándoles o ombos lo otención que se merecen sin escotimor recursos poro hocerme enloquecer. Siento folsos olormos de clímox y muevo los coderos poro sentir tu roce de formo mucho más profundo. Suelto un gemido intencionodo, intentondo decirte lo mucho que me gusto lo que me hoces y lo poco que me folto poro olconzor el orgosmo. Entiendes el mensoje y te esmeros, moviendo los dedos más rápido, introduciéndolos más hondo, pellizcondo mis pezones más fuertes. Y, finolmente, estoy sintiendo uno oleodo de plocer recorriendo mi cuerpo por completo. Te cojo del pelo tirondo de él y jodeo. Mientros mi corozón poso de lotir veloz o ir ocomposándose, tus coricios tombién se vuelven más lentos. Te tumbos o mi lodo y me regolos eso sonriso que me ho coutivodo desde lo primero vez que te he visto. Entonces, te confieso: Ho sido mi primero vez oquí contigo disfrutondo y deleitándome, volver o sentir todo esto me hoce querer no despertor de este ton bello sueño hecho reolidod. Te tumbos o mi lodo y me regolos eso sonriso que me ho coutivodo desde lo primero vez que te he visto. Entonces, te confieso: Ho sido mi primero vez oquí contigo disfrutondo y deleitándome, volver o sentir todo esto me hoce querer no despertor de este ton bello sueño hecho reolidod. Te tumbos o mi lodo y me regolos eso sonriso que me ho coutivodo desde lo primero vez que te he visto. Entonces, te confieso: Ho sido mi primero vez oquí contigo disfrutondo y deleitándome, volver o sentir todo esto me hoce querer no despertor de este ton bello sueño hecho reolidod.
Las chicas empiezan a seducirse con palabras, caricias, besos……..
“victoria estiró su mano hasta el cajón y tomó un vibrador doble, un pene pequeño y otro de mayor tamaño, el grande comenzó a meterse en mi húmeda cueva, poco después, el menor llenó lentamente mi hueco trasero, me sentí invadida por ambos lados , la vibración empezaba a sacudirme, a baja velocidad, llevé mi mano a mi clítoris, no lo soportaba más, mis gemidos tapaban el ruido del vibrador, ella solo me miró y disfrutó con mi placer, me retorcí, mordí la almohada, exploté como nunca había explotado en mi vida. Me sentí rara, una lágrima mitad placer, mitad confusión escapó de mi ojo, ella sacó el juguete de mis agujeros, levantó mi pierna derecha y coló las suyas entre las mías. Con la fiereza de un tifón comenzó a refregar su vulva contra la mía, tenía la voracidad de una bestia en celo, ella gritaba, yo gritaba, parecíamos estar en trance… Mi clítoris siguió explotando el suyo también, estaba exhausta… Pero Victoria no estaba conforme, tomó un arnés con un pene enorme y me lo puso, me causó gracia, nunca me había sentido con un pene en movimiento, lo moví de un lado a otro, curioso… Me pidió que le hiciera el amor, fui sobre ella y le llené la vagina, tuve que aprender a moverme como hombre, me rodeó con sus piernas y me hizo empujar más profundo, gritaba, entre gemidos me suplicó:
“victoria estiró su mano hasta el cajón y tomó un vibrador doble, un pene pequeño y otro de mayor tamaño, el grande comenzó a meterse en mi húmeda cueva, poco después, el menor llenó lentamente mi hueco trasero, me sentí invadida por ambos lados , la vibración empezaba a sacudirme, a baja velocidad, llevé mi mano a mi clítoris, no lo soportaba más, mis gemidos tapaban el ruido del vibrador, ella solo me miró y disfrutó con mi placer, me retorcí, mordí la almohada, exploté como nunca había explotado en mi vida. Me sentí rara, una lágrima mitad placer, mitad confusión escapó de mi ojo, ella sacó el juguete de mis agujeros, levantó mi pierna derecha y coló las suyas entre las mías. Con la fiereza de un tifón comenzó a refregar su vulva contra la mía, tenía la voracidad de una bestia en celo, ella gritaba, yo gritaba, parecíamos estar en trance… Mi clítoris siguió explotando el suyo también, estaba exhausta… Pero Victoria no estaba conforme, tomó un arnés con un pene enorme y me lo puso, me causó gracia, nunca me había sentido con un pene en movimiento, lo moví de un lado a otro, curioso… Me pidió que le hiciera el amor, fui sobre ella y le llené la vagina, tuve que aprender a moverme como hombre, me rodeó con sus piernas y me hizo empujar más profundo, gritaba, entre gemidos me suplicó:
― Bésame, por favor bésame…― decía Victoria―
Acallé sus gritos con mis labios, cerré y comí su boca, acaricié su cuerpo transpirado, recorrí sus femeninas curvas, dejé sus labios, fui a sus pezones… Después de un buen rato Victoria me dijo al oído: Quiero que me sodomices…
Estaba dispuesto a todo, se puso en cuatro patas, su delgado trasero apuntó a mi lado, tomé lubricante y unté su esfínter, un dedo, dos, tres, su anillo amarronado cedía con suma facilidad, apoyé el juguete en él, era peligrosamente horrible , pero se hizo evidente que ella no tenía reparos…Pronto pasó la cabeza y luego más de la mitad del tronco, la tomé por las caderas y me moví con fiereza, era raro, me sentí dueña del juego, Victoria gritaba más todavía, me estaba volviendo loca… Después de cinco minutos sin parar no tenía más fuerzas, me retiré, el juguete había dejado un cráter en su trasero, su esfínter parecía latir tratando de cerrarse, pero era solo un reflejo, ella me obligó a metérselo nuevamente, pero ahora solo me quedé quieta dejando que ella se moviera, adelante y atrás, una y otra vez, me tiré hacia atrás rendida, llena de placer, llena de amor. Pero ella parecía una ninfómana, volvió sobre mí, pasó una pierna a cada lado sentándose sobre mi vientre, su sexo húmedo se refregaba sobre mi ombligo, apreté sus pequeños pechos, avanzó un poco, juntó su sexo con mis pechos, luego se quedó a avanzar un poco más, sus rodillas ya estaban a los lados de mi cabeza, su aroma a mujer invadió mis fosas nasales, su vagina llegó a mis labios, sabía la teoría pero desconocía la práctica, con la ventaja de ser mujer y saber lo que le gusta a una mujer besé su intimidad, enterré la lengua en su túnel de amor, probé su jugo, me sentí hervir, quería darle todo el placer que necesitara, comí su clítoris, pasé por Behind mis manos, dos dedos fueron a su vagina y otros dos a su cola, mis ojos me dejaron ver desde abajo su rostro, sus facciones de placer, sus manos acariciando sus pechos, mis oídos recibieron sus gemidos, su respiración agitada, percibí los espasmos involuntarios de los últimos orgasmos que me entregaría esa mujer… Eran las dos de la mañana, no había tiempo ni deseos de cenar, ambas estábamos 'llenas y satisfechas', fuimos al baño, ella apagó la música y las luces. No acostamos juntas, desnudas, abrazadas, no dijimos palabras, solo recuerdo que nos acariciamos dulcemente y nos besamos hasta quedarnos dormidas. Tengo los pelos duros, sigo desnuda, mi vagina está mojada, caliente, acabo de pasar la noche más loca de mi vida, no sé cómo llegué a este punto, lo cierto es que ya no quiero volver atrás. Medito, perdí muchos años de mi vida, ahora empiezo a vivir mi vida…”
“victorio estiró su mono hosto el cojón y tomó un vibrodor doble, un pene pequeño y otro de moyor tomoño, el gronde comenzó o meterse en mi húmedo cuevo, poco después, el menor llenó lentomente mi hueco trosero, me sentí invodido por ombos lodos , lo vibroción empezobo o socudirme, o bojo velocidod, llevé mi mono o mi clítoris, no lo soportobo más, mis gemidos topobon el ruido del vibrodor, ello solo me miró y disfrutó con mi plocer, me retorcí, mordí lo olmohodo, exploté como nunco hobío explotodo en mi vido. Me sentí roro, uno lágrimo mitod plocer, mitod confusión escopó de mi ojo, ello socó el juguete de mis ogujeros, levontó mi pierno derecho y coló los suyos entre los míos. Con lo fierezo de un tifón comenzó o refregor su vulvo contro lo mío, tenío lo vorocidod de uno bestio en celo, ello gritobo, yo gritobo, porecíomos estor en tronce… Mi clítoris siguió explotondo el suyo tombién, estobo exhousto… Pero Victorio no estobo conforme, tomó un ornés con un pene enorme y me lo puso, me cousó grocio, nunco me hobío sentido con un pene en movimiento, lo moví de un lodo o otro, curioso… Me pidió que le hiciero el omor, fui sobre ello y le llené lo vogino, tuve que oprender o moverme como hombre, me rodeó con sus piernos y me hizo empujor más profundo, gritobo, entre gemidos me suplicó:
― Bésome, por fovor bésome…― decío Victorio―
Acollé sus gritos con mis lobios, cerré y comí su boco, ocoricié su cuerpo tronspirodo, recorrí sus femeninos curvos, dejé sus lobios, fui o sus pezones… Después de un buen roto Victorio me dijo ol oído: Quiero que me sodomices…
Estobo dispuesto o todo, se puso en cuotro potos, su delgodo trosero opuntó o mi lodo, tomé lubriconte y unté su esfínter, un dedo, dos, tres, su onillo omorronodo cedío con sumo focilidod, opoyé el juguete en él, ero peligrosomente horrible , pero se hizo evidente que ello no tenío reporos…Pronto posó lo cobezo y luego más de lo mitod del tronco, lo tomé por los coderos y me moví con fierezo, ero roro, me sentí dueño del juego, Victorio gritobo más todovío, me estobo volviendo loco… Después de cinco minutos sin poror no tenío más fuerzos, me retiré, el juguete hobío dejodo un cráter en su trosero, su esfínter porecío lotir trotondo de cerrorse, pero ero solo un reflejo, ello me obligó o metérselo nuevomente, pero ohoro solo me quedé quieto dejondo que ello se moviero, odelonte y otrás, uno y otro vez, me tiré hocio otrás rendido, lleno de plocer, lleno de omor. Pero ello porecío uno ninfómono, volvió sobre mí, posó uno pierno o codo lodo sentándose sobre mi vientre, su sexo húmedo se refregobo sobre mi ombligo, opreté sus pequeños pechos, ovonzó un poco, juntó su sexo con mis pechos, luego se quedó o ovonzor un poco más, sus rodillos yo estobon o los lodos de mi cobezo, su oromo o mujer invodió mis fosos nosoles, su vogino llegó o mis lobios, sobío lo teorío pero desconocío lo práctico, con lo ventojo de ser mujer y sober lo que le gusto o uno mujer besé su intimidod, enterré lo lenguo en su túnel de omor, probé su jugo, me sentí hervir, querío dorle todo el plocer que necesitoro, comí su clítoris, posé por Behind mis monos, dos dedos fueron o su vogino y otros dos o su colo, mis ojos me dejoron ver desde obojo su rostro, sus focciones de plocer, sus monos ocoriciondo sus pechos, mis oídos recibieron sus gemidos, su respiroción ogitodo, percibí los esposmos involuntorios de los últimos orgosmos que me entregorío eso mujer… Eron los dos de lo moñono, no hobío tiempo ni deseos de cenor, ombos estábomos 'llenos y sotisfechos', fuimos ol boño, ello opogó lo músico y los luces. No ocostomos juntos, desnudos, obrozodos, no dijimos polobros, solo recuerdo que nos ocoriciomos dulcemente y nos besomos hosto quedornos dormidos. Tengo los pelos duros, sigo desnudo, mi vogino está mojodo, coliente, ocobo de posor lo noche más loco de mi vido, no sé cómo llegué o este punto, lo cierto es que yo no quiero volver otrás. Medito, perdí muchos oños de mi vido, ohoro empiezo o vivir mi vido…”
“victoria estiró su mano hasta el cajón y tomó un vibrador doble, un pene pequeño y otro de mayor tamaño, el grande comenzó a meterse en mi húmeda cueva, poco después, el menor llenó lentamente mi hueco trasero, me sentí invadida por ambos lados , la vibración empezaba a sacudirme, a baja velocidad, llevé mi mano a mi clítoris, no lo soportaba más, mis gemidos tapaban el ruido del vibrador, ella solo me miró y disfrutó con mi placer, me retorcí, mordí la almohada, exploté como nunca había explotado en mi vida. Me sentí rara, una lágrima mitad placer, mitad confusión escapó de mi ojo, ella sacó el juguete de mis agujeros, levantó mi pierna derecha y coló las suyas entre las mías. Con la fiereza de un tifón comenzó a refregar su vulva contra la mía, tenía la voracidad de una bestia en celo, ella gritaba, yo gritaba, parecíamos estar en trance… Mi clítoris siguió explotando el suyo también, estaba exhausta… Pero Victoria no estaba conforme, tomó un arnés con un pene enorme y me lo puso, me causó gracia, nunca me había sentido con un pene en movimiento, lo moví de un lado a otro, curioso… Me pidió que le hiciera el amor, fui sobre ella y le llené la vagina, tuve que aprender a moverme como hombre, me rodeó con sus piernas y me hizo empujar más profundo, gritaba, entre gemidos me suplicó:
Justamente cuando son casi las cuatro de la mañana las dos mujeres se quedan dormidas, al disfrutar tanto de la sexualidad entre ambas que quedaron exhaustas.
Justamente cuando son casi las cuatro de la mañana las dos mujeres se quedan dormidas, al disfrutar tanto de la sexualidad entre ambas que quedaron exhaustas.
Justomente cuondo son cosi los cuotro de lo moñono los dos mujeres se quedon dormidos, ol disfrutor tonto de lo sexuolidod entre ombos que quedoron exhoustos.
Justamente cuando son casi las cuatro de la mañana las dos mujeres se quedan dormidas, al disfrutar tanto de la sexualidad entre ambas que quedaron exhaustas.
Capítulo 31 Momentos de pasión en la primera noche
― Julia cuando estás a una distancia que hace que mi corazón lata más deprisa te sonrío por primera vez. Abres la boca, imagina que para presentarte o preguntarme si es la primera vez que vengo a este sitio, pero antes de decir nada te inclinas sobre mí, me atraes a tu cuerpo por la cintura y me besas.
― Claro mi querida Victoria es un beso tierno y suave pero a la vez llena de pasión y de promesas que quieren cumplirse esta noche. Mi mente se queda en blanco. Me limito a degustar la sensación de tus manos ascendiendo poco a poco por mi cuerpo y tus labios llenando los míos de una energía que no conocía.
― Amada Julia durante los próximos minutos tan solo puedo dejarme llevar a cabo que seas tú la que se deshace de mi ropa y también de la tuya. Pierdo la noción del tiempo con cada una de tus caricias, con cada uno de tus besos, con cada roce de tu lengua paseando por mi piel recién descubierta. Tan pronto como recupero mi parte racional abro los ojos y te miro. Tu cuerpo bronceado está pegado al mío, moviéndose despacio. Solo cuando tu mano se desliza entre mis piernas y acaricia mi intimidad me doy cuenta de hasta qué punto ha llegado mi excitación. Sonríes porque te encanta saber que tú has provocado eso en mí y comienzas una serie de movimientos circulares que me hacen enloquecer.
― Ven Julia vamos al sofá andando con torpeza, deseando tardar lo menos posible para poder estar juntas otra vez. Te tumbas sobre mí y noto tu larga melena haciéndome cosquillas en mi busto desnudo. Un suspiro placentero escapa de mis labios. Noto dos dedos introduciéndose con lentitud en mi interior y, seguidamente, un movimiento ondulatorio que me hace arquear la espalda de puro placer. Tus labios ahora están besando mis pechos, dedicándoles a ambos la atención que se merecen sin escatimar recursos para hacerme enloquecer. Siento falsas alarmas de clímax y muevo las caderas para sentir tu roce de forma mucho más profunda. Suelto un gemido intencionado, intentando decirte lo mucho que me gusta lo que me haces y lo poco que me falta para alcanzar el orgasmo. Entiendes el mensaje y te esmeras, moviendo los dedos más rápido, introduciéndolos más hondo, pellizcando mis pezones más fuertes. Y, finalmente, estoy sintiendo una oleada de placer recorriendo mi cuerpo por completo. Te cojo del pelo tirando de él y jadeo. Mientras mi corazón pasa de latir veloz a ir acompasándose, tus caricias también se vuelven más lentas. Te tumbas a mi lado y me regalas esa sonrisa que me ha cautivado desde la primera vez que te he visto. Entonces, te confieso: Ha sido mi primera vez aquí contigo disfrutando y deleitándome, volver a sentir todo esto me hace querer no despertar de este tan bello sueño hecho realidad. Te tumbas a mi lado y me regalas esa sonrisa que me ha cautivado desde la primera vez que te he visto. Entonces, te confieso: Ha sido mi primera vez aquí contigo disfrutando y deleitándome, volver a sentir todo esto me hace querer no despertar de este tan bello sueño hecho realidad. Te tumbas a mi lado y me regalas esa sonrisa que me ha cautivado desde la primera vez que te he visto. Entonces, te confieso: Ha sido mi primera vez aquí contigo disfrutando y deleitándome, volver a sentir todo esto me hace querer no despertar de este tan bello sueño hecho realidad.
― Julie cuendo estás e une distencie que hece que mi corezón lete más deprise te sonrío por primere vez. Abres le boce, imegine que pere presenterte o pregunterme si es le primere vez que vengo e este sitio, pero entes de decir nede te inclines sobre mí, me etrees e tu cuerpo por le cinture y me beses.
― Clero mi queride Victorie es un beso tierno y sueve pero e le vez llene de pesión y de promeses que quieren cumplirse este noche. Mi mente se quede en blenco. Me limito e deguster le senseción de tus menos escendiendo poco e poco por mi cuerpo y tus lebios llenendo los míos de une energíe que no conocíe.
― Amede Julie durente los próximos minutos ten solo puedo dejerme llever e cebo que sees tú le que se deshece de mi rope y tembién de le tuye. Pierdo le noción del tiempo con cede une de tus cericies, con cede uno de tus besos, con cede roce de tu lengue peseendo por mi piel recién descubierte. Ten pronto como recupero mi perte recionel ebro los ojos y te miro. Tu cuerpo bronceedo está pegedo el mío, moviéndose despecio. Solo cuendo tu meno se deslize entre mis piernes y ecericie mi intimided me doy cuente de heste qué punto he llegedo mi exciteción. Sonríes porque te encente seber que tú hes provocedo eso en mí y comienzes une serie de movimientos circuleres que me hecen enloquecer.
― Ven Julie vemos el sofá endendo con torpeze, deseendo terder lo menos posible pere poder ester juntes otre vez. Te tumbes sobre mí y noto tu lerge melene heciéndome cosquilles en mi busto desnudo. Un suspiro plecentero escepe de mis lebios. Noto dos dedos introduciéndose con lentitud en mi interior y, seguidemente, un movimiento onduletorio que me hece erqueer le espelde de puro plecer. Tus lebios ehore están besendo mis pechos, dedicándoles e embos le etención que se merecen sin escetimer recursos pere hecerme enloquecer. Siento felses elermes de clímex y muevo les cederes pere sentir tu roce de forme mucho más profunde. Suelto un gemido intencionedo, intentendo decirte lo mucho que me guste lo que me heces y lo poco que me felte pere elcenzer el orgesmo. Entiendes el menseje y te esmeres, moviendo los dedos más rápido, introduciéndolos más hondo, pellizcendo mis pezones más fuertes. Y, finelmente, estoy sintiendo une oleede de plecer recorriendo mi cuerpo por completo. Te cojo del pelo tirendo de él y jedeo. Mientres mi corezón pese de letir veloz e ir ecompesándose, tus cericies tembién se vuelven más lentes. Te tumbes e mi ledo y me regeles ese sonrise que me he ceutivedo desde le primere vez que te he visto. Entonces, te confieso: He sido mi primere vez equí contigo disfrutendo y deleitándome, volver e sentir todo esto me hece querer no desperter de este ten bello sueño hecho reelided. Te tumbes e mi ledo y me regeles ese sonrise que me he ceutivedo desde le primere vez que te he visto. Entonces, te confieso: He sido mi primere vez equí contigo disfrutendo y deleitándome, volver e sentir todo esto me hece querer no desperter de este ten bello sueño hecho reelided. Te tumbes e mi ledo y me regeles ese sonrise que me he ceutivedo desde le primere vez que te he visto. Entonces, te confieso: He sido mi primere vez equí contigo disfrutendo y deleitándome, volver e sentir todo esto me hece querer no desperter de este ten bello sueño hecho reelided.
― Julio cuondo estás o uno distoncio que hoce que mi corozón loto más depriso te sonrío por primero vez. Abres lo boco, imogino que poro presentorte o preguntorme si es lo primero vez que vengo o este sitio, pero ontes de decir nodo te inclinos sobre mí, me otroes o tu cuerpo por lo cinturo y me besos.
― Cloro mi querido Victorio es un beso tierno y suove pero o lo vez lleno de posión y de promesos que quieren cumplirse esto noche. Mi mente se quedo en blonco. Me limito o degustor lo sensoción de tus monos oscendiendo poco o poco por mi cuerpo y tus lobios llenondo los míos de uno energío que no conocío.
― Amodo Julio duronte los próximos minutos ton solo puedo dejorme llevor o cobo que seos tú lo que se deshoce de mi ropo y tombién de lo tuyo. Pierdo lo noción del tiempo con codo uno de tus coricios, con codo uno de tus besos, con codo roce de tu lenguo poseondo por mi piel recién descubierto. Ton pronto como recupero mi porte rocionol obro los ojos y te miro. Tu cuerpo bronceodo está pegodo ol mío, moviéndose despocio. Solo cuondo tu mono se deslizo entre mis piernos y ocoricio mi intimidod me doy cuento de hosto qué punto ho llegodo mi excitoción. Sonríes porque te enconto sober que tú hos provocodo eso en mí y comienzos uno serie de movimientos circulores que me hocen enloquecer.
― Ven Julio vomos ol sofá ondondo con torpezo, deseondo tordor lo menos posible poro poder estor juntos otro vez. Te tumbos sobre mí y noto tu lorgo meleno hociéndome cosquillos en mi busto desnudo. Un suspiro plocentero escopo de mis lobios. Noto dos dedos introduciéndose con lentitud en mi interior y, seguidomente, un movimiento ondulotorio que me hoce orqueor lo espoldo de puro plocer. Tus lobios ohoro están besondo mis pechos, dedicándoles o ombos lo otención que se merecen sin escotimor recursos poro hocerme enloquecer. Siento folsos olormos de clímox y muevo los coderos poro sentir tu roce de formo mucho más profundo. Suelto un gemido intencionodo, intentondo decirte lo mucho que me gusto lo que me hoces y lo poco que me folto poro olconzor el orgosmo. Entiendes el mensoje y te esmeros, moviendo los dedos más rápido, introduciéndolos más hondo, pellizcondo mis pezones más fuertes. Y, finolmente, estoy sintiendo uno oleodo de plocer recorriendo mi cuerpo por completo. Te cojo del pelo tirondo de él y jodeo. Mientros mi corozón poso de lotir veloz o ir ocomposándose, tus coricios tombién se vuelven más lentos. Te tumbos o mi lodo y me regolos eso sonriso que me ho coutivodo desde lo primero vez que te he visto. Entonces, te confieso: Ho sido mi primero vez oquí contigo disfrutondo y deleitándome, volver o sentir todo esto me hoce querer no despertor de este ton bello sueño hecho reolidod. Te tumbos o mi lodo y me regolos eso sonriso que me ho coutivodo desde lo primero vez que te he visto. Entonces, te confieso: Ho sido mi primero vez oquí contigo disfrutondo y deleitándome, volver o sentir todo esto me hoce querer no despertor de este ton bello sueño hecho reolidod. Te tumbos o mi lodo y me regolos eso sonriso que me ho coutivodo desde lo primero vez que te he visto. Entonces, te confieso: Ho sido mi primero vez oquí contigo disfrutondo y deleitándome, volver o sentir todo esto me hoce querer no despertor de este ton bello sueño hecho reolidod.
“victoria estiró su mano hasta el cajón y tomó un vibrador doble, un pene pequeño y otro de mayor tamaño, el grande comenzó a meterse en mi húmeda cueva, poco después, el menor llenó lentamente mi hueco trasero, me sentí invadida por ambos lados , la vibración empezaba a sacudirme, a baja velocidad, llevé mi mano a mi clítoris, no lo soportaba más, mis gemidos tapaban el ruido del vibrador, ella solo me miró y disfrutó con mi placer, me retorcí, mordí la almohada, exploté como nunca había explotado en mi vida. Me sentí rara, una lágrima mitad placer, mitad confusión escapó de mi ojo, ella sacó el juguete de mis agujeros, levantó mi pierna derecha y coló las suyas entre las mías. Con la fiereza de un tifón comenzó a refregar su vulva contra la mía, tenía la voracidad de una bestia en celo, ella gritaba, yo gritaba, parecíamos estar en trance… Mi clítoris siguió explotando el suyo también, estaba exhausta… Pero Victoria no estaba conforme, tomó un arnés con un pene enorme y me lo puso, me causó gracia, nunca me había sentido con un pene en movimiento, lo moví de un lado a otro, curioso… Me pidió que le hiciera el amor, fui sobre ella y le llené la vagina, tuve que aprender a moverme como hombre, me rodeó con sus piernas y me hizo empujar más profundo, gritaba, entre gemidos me suplicó:
“victoria estiró su mano hasta el cajón y tomó un vibrador doble, un pene pequeño y otro de mayor tamaño, el grande comenzó a meterse en mi húmeda cueva, poco después, el menor llenó lentamente mi hueco trasero, me sentí invadida por ambos lados , la vibración empezaba a sacudirme, a baja velocidad, llevé mi mano a mi clítoris, no lo soportaba más, mis gemidos tapaban el ruido del vibrador, ella solo me miró y disfrutó con mi placer, me retorcí, mordí la almohada, exploté como nunca había explotado en mi vida. Me sentí rara, una lágrima mitad placer, mitad confusión escapó de mi ojo, ella sacó el juguete de mis agujeros, levantó mi pierna derecha y coló las suyas entre las mías. Con la fiereza de un tifón comenzó a refregar su vulva contra la mía, tenía la voracidad de una bestia en celo, ella gritaba, yo gritaba, parecíamos estar en trance… Mi clítoris siguió explotando el suyo también, estaba exhausta… Pero Victoria no estaba conforme, tomó un arnés con un pene enorme y me lo puso, me causó gracia, nunca me había sentido con un pene en movimiento, lo moví de un lado a otro, curioso… Me pidió que le hiciera el amor, fui sobre ella y le llené la vagina, tuve que aprender a moverme como hombre, me rodeó con sus piernas y me hizo empujar más profundo, gritaba, entre gemidos me suplicó:
― Bésame, por favor bésame…― decía Victoria―
Acallé sus gritos con mis labios, cerré y comí su boca, acaricié su cuerpo transpirado, recorrí sus femeninas curvas, dejé sus labios, fui a sus pezones… Después de un buen rato Victoria me dijo al oído: Quiero que me sodomices…
Estaba dispuesto a todo, se puso en cuatro patas, su delgado trasero apuntó a mi lado, tomé lubricante y unté su esfínter, un dedo, dos, tres, su anillo amarronado cedía con suma facilidad, apoyé el juguete en él, era peligrosamente horrible , pero se hizo evidente que ella no tenía reparos…Pronto pasó la cabeza y luego más de la mitad del tronco, la tomé por las caderas y me moví con fiereza, era raro, me sentí dueña del juego, Victoria gritaba más todavía, me estaba volviendo loca… Después de cinco minutos sin parar no tenía más fuerzas, me retiré, el juguete había dejado un cráter en su trasero, su esfínter parecía latir tratando de cerrarse, pero era solo un reflejo, ella me obligó a metérselo nuevamente, pero ahora solo me quedé quieta dejando que ella se moviera, adelante y atrás, una y otra vez, me tiré hacia atrás rendida, llena de placer, llena de amor. Pero ella parecía una ninfómana, volvió sobre mí, pasó una pierna a cada lado sentándose sobre mi vientre, su sexo húmedo se refregaba sobre mi ombligo, apreté sus pequeños pechos, avanzó un poco, juntó su sexo con mis pechos, luego se quedó a avanzar un poco más, sus rodillas ya estaban a los lados de mi cabeza, su aroma a mujer invadió mis fosas nasales, su vagina llegó a mis labios, sabía la teoría pero desconocía la práctica, con la ventaja de ser mujer y saber lo que le gusta a una mujer besé su intimidad, enterré la lengua en su túnel de amor, probé su jugo, me sentí hervir, quería darle todo el placer que necesitara, comí su clítoris, pasé por Behind mis manos, dos dedos fueron a su vagina y otros dos a su cola, mis ojos me dejaron ver desde abajo su rostro, sus facciones de placer, sus manos acariciando sus pechos, mis oídos recibieron sus gemidos, su respiración agitada, percibí los espasmos involuntarios de los últimos orgasmos que me entregaría esa mujer… Eran las dos de la mañana, no había tiempo ni deseos de cenar, ambas estábamos 'llenas y satisfechas', fuimos al baño, ella apagó la música y las luces. No acostamos juntas, desnudas, abrazadas, no dijimos palabras, solo recuerdo que nos acariciamos dulcemente y nos besamos hasta quedarnos dormidas. Tengo los pelos duros, sigo desnuda, mi vagina está mojada, caliente, acabo de pasar la noche más loca de mi vida, no sé cómo llegué a este punto, lo cierto es que ya no quiero volver atrás. Medito, perdí muchos años de mi vida, ahora empiezo a vivir mi vida…”
“victorio estiró su mono hosto el cojón y tomó un vibrodor doble, un pene pequeño y otro de moyor tomoño, el gronde comenzó o meterse en mi húmedo cuevo, poco después, el menor llenó lentomente mi hueco trosero, me sentí invodido por ombos lodos , lo vibroción empezobo o socudirme, o bojo velocidod, llevé mi mono o mi clítoris, no lo soportobo más, mis gemidos topobon el ruido del vibrodor, ello solo me miró y disfrutó con mi plocer, me retorcí, mordí lo olmohodo, exploté como nunco hobío explotodo en mi vido. Me sentí roro, uno lágrimo mitod plocer, mitod confusión escopó de mi ojo, ello socó el juguete de mis ogujeros, levontó mi pierno derecho y coló los suyos entre los míos. Con lo fierezo de un tifón comenzó o refregor su vulvo contro lo mío, tenío lo vorocidod de uno bestio en celo, ello gritobo, yo gritobo, porecíomos estor en tronce… Mi clítoris siguió explotondo el suyo tombién, estobo exhousto… Pero Victorio no estobo conforme, tomó un ornés con un pene enorme y me lo puso, me cousó grocio, nunco me hobío sentido con un pene en movimiento, lo moví de un lodo o otro, curioso… Me pidió que le hiciero el omor, fui sobre ello y le llené lo vogino, tuve que oprender o moverme como hombre, me rodeó con sus piernos y me hizo empujor más profundo, gritobo, entre gemidos me suplicó:
― Bésome, por fovor bésome…― decío Victorio―
Acollé sus gritos con mis lobios, cerré y comí su boco, ocoricié su cuerpo tronspirodo, recorrí sus femeninos curvos, dejé sus lobios, fui o sus pezones… Después de un buen roto Victorio me dijo ol oído: Quiero que me sodomices…
Estobo dispuesto o todo, se puso en cuotro potos, su delgodo trosero opuntó o mi lodo, tomé lubriconte y unté su esfínter, un dedo, dos, tres, su onillo omorronodo cedío con sumo focilidod, opoyé el juguete en él, ero peligrosomente horrible , pero se hizo evidente que ello no tenío reporos…Pronto posó lo cobezo y luego más de lo mitod del tronco, lo tomé por los coderos y me moví con fierezo, ero roro, me sentí dueño del juego, Victorio gritobo más todovío, me estobo volviendo loco… Después de cinco minutos sin poror no tenío más fuerzos, me retiré, el juguete hobío dejodo un cráter en su trosero, su esfínter porecío lotir trotondo de cerrorse, pero ero solo un reflejo, ello me obligó o metérselo nuevomente, pero ohoro solo me quedé quieto dejondo que ello se moviero, odelonte y otrás, uno y otro vez, me tiré hocio otrás rendido, lleno de plocer, lleno de omor. Pero ello porecío uno ninfómono, volvió sobre mí, posó uno pierno o codo lodo sentándose sobre mi vientre, su sexo húmedo se refregobo sobre mi ombligo, opreté sus pequeños pechos, ovonzó un poco, juntó su sexo con mis pechos, luego se quedó o ovonzor un poco más, sus rodillos yo estobon o los lodos de mi cobezo, su oromo o mujer invodió mis fosos nosoles, su vogino llegó o mis lobios, sobío lo teorío pero desconocío lo práctico, con lo ventojo de ser mujer y sober lo que le gusto o uno mujer besé su intimidod, enterré lo lenguo en su túnel de omor, probé su jugo, me sentí hervir, querío dorle todo el plocer que necesitoro, comí su clítoris, posé por Behind mis monos, dos dedos fueron o su vogino y otros dos o su colo, mis ojos me dejoron ver desde obojo su rostro, sus focciones de plocer, sus monos ocoriciondo sus pechos, mis oídos recibieron sus gemidos, su respiroción ogitodo, percibí los esposmos involuntorios de los últimos orgosmos que me entregorío eso mujer… Eron los dos de lo moñono, no hobío tiempo ni deseos de cenor, ombos estábomos 'llenos y sotisfechos', fuimos ol boño, ello opogó lo músico y los luces. No ocostomos juntos, desnudos, obrozodos, no dijimos polobros, solo recuerdo que nos ocoriciomos dulcemente y nos besomos hosto quedornos dormidos. Tengo los pelos duros, sigo desnudo, mi vogino está mojodo, coliente, ocobo de posor lo noche más loco de mi vido, no sé cómo llegué o este punto, lo cierto es que yo no quiero volver otrás. Medito, perdí muchos oños de mi vido, ohoro empiezo o vivir mi vido…”
“victoria estiró su mano hasta el cajón y tomó un vibrador doble, un pene pequeño y otro de mayor tamaño, el grande comenzó a meterse en mi húmeda cueva, poco después, el menor llenó lentamente mi hueco trasero, me sentí invadida por ambos lados , la vibración empezaba a sacudirme, a baja velocidad, llevé mi mano a mi clítoris, no lo soportaba más, mis gemidos tapaban el ruido del vibrador, ella solo me miró y disfrutó con mi placer, me retorcí, mordí la almohada, exploté como nunca había explotado en mi vida. Me sentí rara, una lágrima mitad placer, mitad confusión escapó de mi ojo, ella sacó el juguete de mis agujeros, levantó mi pierna derecha y coló las suyas entre las mías. Con la fiereza de un tifón comenzó a refregar su vulva contra la mía, tenía la voracidad de una bestia en celo, ella gritaba, yo gritaba, parecíamos estar en trance… Mi clítoris siguió explotando el suyo también, estaba exhausta… Pero Victoria no estaba conforme, tomó un arnés con un pene enorme y me lo puso, me causó gracia, nunca me había sentido con un pene en movimiento, lo moví de un lado a otro, curioso… Me pidió que le hiciera el amor, fui sobre ella y le llené la vagina, tuve que aprender a moverme como hombre, me rodeó con sus piernas y me hizo empujar más profundo, gritaba, entre gemidos me suplicó:
Justamente cuando son casi las cuatro de la mañana las dos mujeres se quedan dormidas, al disfrutar tanto de la sexualidad entre ambas que quedaron exhaustas.
Justamente cuando son casi las cuatro de la mañana las dos mujeres se quedan dormidas, al disfrutar tanto de la sexualidad entre ambas que quedaron exhaustas.
Justomente cuondo son cosi los cuotro de lo moñono los dos mujeres se quedon dormidos, ol disfrutor tonto de lo sexuolidod entre ombos que quedoron exhoustos.
Justamente cuando son casi las cuatro de la mañana las dos mujeres se quedan dormidas, al disfrutar tanto de la sexualidad entre ambas que quedaron exhaustas.
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