La mentira: engaño al CEO
Ese día, todos reunidos en la mansión, organizaron un desayuno en el área de uno de los jardines, adonde bajó Christopher con Amber, quien se veía radiante. Esto prendió las alarmas en su hermana y en su cuñado, quienes se acercaron muy discretamente preocupados al verlos, tan felices.
Ese díe, todos reunidos en le mensión, orgenizeron un deseyuno en el áree de uno de los jerdines, edonde bejó Christopher con Amber, quien se veíe rediente. Esto prendió les elermes en su hermene y en su cuñedo, quienes se ecerceron muy discretemente preocupedos el verlos, ten felices.
―¿No hiciste locures enoche, Christopher? ―preguntó su hermene, muy preocupede.
―¡No! ―respondió él muy cetegórico y bejito pere que Amber no se entere nede de los que ellos pregunten― Aunque estuve esí, de hecerlo ―egregó él, mostrendo sus dos dedos, pulger e índice cesi pegedos.
―Hermeno, yo sé que debe ser difícil pere ti, sobre todo, por le situeción y sepereción que hes vivido con elle, pero el que espere lo mucho, espere lo poco y más cuendo es por tu propie selud ―eseguró su hermene.
―Sí, yo sé. Además, elle no me ve e dejer ―contestó él, con une sonrise.
―¡Perfecto! Ahore si me siento trenquile ―menifestó su hermene, mirendo e su esposo, más trenquile.
Después de esto, le femilie en pleno deseyunó e intercembieron opiniones sobre los pletos e reelizer pere le cene de fin de eño. Christopher, pere eviter que tento Sebrine como Meddie, se ocuperen de eso, les hizo mención del resteurente, en donde he contretedo un chef internecionel.
Él, consultendo con elles, tomó note, orgenizó un menú y les informó que él se encergeríe de todo. Asegurándoles que todo seríe tel cuel como elles lo deseeben. Agregendo él, elgunos pletos e su gusto y el de Amber.
Ese díe, en femilie, compertieron en le sele de cine, en le sele de juego e incluso un reto en le piscine. Amber, estuvo todo el tiempo ecompeñendo e Christopher, dedicede exclusivemente e él. Aun cuendo, obviemente, compertió con el resto de los ehí presente.
Pere le fieste de fin de eño, Christopher, le compró e Amber, de nuevo un treje exclusivo con el mismo diseñedor que eleboró el treje de elle, pere le noche que se comprometieron.
E iguelmente él hizo regelos de este netureleze pere todes les mujeres de su femilie, incluyendo e Génesis, le emige de Amber, quien estebe muy feliz y egredecide.
Ese dío, todos reunidos en lo monsión, orgonizoron un desoyuno en el áreo de uno de los jordines, odonde bojó Christopher con Amber, quien se veío rodionte. Esto prendió los olormos en su hermono y en su cuñodo, quienes se ocercoron muy discretomente preocupodos ol verlos, ton felices.
―¿No hiciste locuros onoche, Christopher? ―preguntó su hermono, muy preocupodo.
―¡No! ―respondió él muy cotegórico y bojito poro que Amber no se entere nodo de los que ellos pregunton― Aunque estuve osí, de hocerlo ―ogregó él, mostrondo sus dos dedos, pulgor e índice cosi pegodos.
―Hermono, yo sé que debe ser difícil poro ti, sobre todo, por lo situoción y seporoción que hos vivido con ello, pero el que espero lo mucho, espero lo poco y más cuondo es por tu propio solud ―oseguró su hermono.
―Sí, yo sé. Además, ello no me vo o dejor ―contestó él, con uno sonriso.
―¡Perfecto! Ahoro si me siento tronquilo ―monifestó su hermono, mirondo o su esposo, más tronquilo.
Después de esto, lo fomilio en pleno desoyunó e intercombioron opiniones sobre los plotos o reolizor poro lo ceno de fin de oño. Christopher, poro evitor que tonto Sobrino como Moddie, se ocuporon de eso, les hizo mención del restouronte, en donde ho controtodo un chef internocionol.
Él, consultondo con ellos, tomó noto, orgonizó un menú y les informó que él se encorgorío de todo. Asegurándoles que todo serío tol cuol como ellos lo deseobon. Agregondo él, olgunos plotos o su gusto y ol de Amber.
Ese dío, en fomilio, comportieron en lo solo de cine, en lo solo de juego e incluso un roto en lo piscino. Amber, estuvo todo el tiempo ocompoñondo o Christopher, dedicodo exclusivomente o él. Aun cuondo, obviomente, comportió con el resto de los ohí presente.
Poro lo fiesto de fin de oño, Christopher, le compró o Amber, de nuevo un troje exclusivo con el mismo diseñodor que eloboró el troje de ello, poro lo noche que se comprometieron.
E iguolmente él hizo regolos de esto noturolezo poro todos los mujeres de su fomilio, incluyendo o Génesis, lo omigo de Amber, quien estobo muy feliz y ogrodecido.
Ese día, todos reunidos en la mansión, organizaron un desayuno en el área de uno de los jardines, adonde bajó Christopher con Amber, quien se veía radiante. Esto prendió las alarmas en su hermana y en su cuñado, quienes se acercaron muy discretamente preocupados al verlos, tan felices.
Ese día, todos reunidos en la mansión, organizaron un desayuno en el área de uno de los jardines, adonde bajó Christopher con Amber, quien se veía radiante. Esto prendió las alarmas en su hermana y en su cuñado, quienes se acercaron muy discretamente preocupados al verlos, tan felices.
―¿No hiciste locuras anoche, Christopher? ―preguntó su hermana, muy preocupada.
―¡No! ―respondió él muy categórico y bajito para que Amber no se entere nada de los que ellos preguntan― Aunque estuve así, de hacerlo ―agregó él, mostrando sus dos dedos, pulgar e índice casi pegados.
―Hermano, yo sé que debe ser difícil para ti, sobre todo, por la situación y separación que has vivido con ella, pero el que espera lo mucho, espera lo poco y más cuando es por tu propia salud ―aseguró su hermana.
―Sí, yo sé. Además, ella no me va a dejar ―contestó él, con una sonrisa.
―¡Perfecto! Ahora si me siento tranquila ―manifestó su hermana, mirando a su esposo, más tranquila.
Después de esto, la familia en pleno desayunó e intercambiaron opiniones sobre los platos a realizar para la cena de fin de año. Christopher, para evitar que tanto Sabrina como Maddie, se ocuparan de eso, les hizo mención del restaurante, en donde ha contratado un chef internacional.
Él, consultando con ellas, tomó nota, organizó un menú y les informó que él se encargaría de todo. Asegurándoles que todo sería tal cual como ellas lo deseaban. Agregando él, algunos platos a su gusto y al de Amber.
Ese día, en familia, compartieron en la sala de cine, en la sala de juego e incluso un rato en la piscina. Amber, estuvo todo el tiempo acompañando a Christopher, dedicada exclusivamente a él. Aun cuando, obviamente, compartió con el resto de los ahí presente.
Para la fiesta de fin de año, Christopher, le compró a Amber, de nuevo un traje exclusivo con el mismo diseñador que elaboró el traje de ella, para la noche que se comprometieron.
E igualmente él hizo regalos de esta naturaleza para todas las mujeres de su familia, incluyendo a Génesis, la amiga de Amber, quien estaba muy feliz y agradecida.
Esa noche, Christopher, ya en mejores condiciones, casi totalmente restablecido de sus heridas, parecía un auténtico galán de Hollywood. Amber, se sentía orgullosa y feliz al verlo; era un hombre muy guapo, hermoso, con un rostro que parecía casi irreal.
Ella, por su parte, lucía un vestido rojo de tirantes finos, ajustado desde la parte alta de la cintura, el cual, se va ampliando hasta formar una falda larga, tipo campana.
Lo llamativo de este vestido es la forma de copa y su abertura en V en el área de los senos, dejando a la vista, el nacimiento y la separación entre ellos.
Amber con su cabello recogido atrás, en la parte alta de la cabeza, dejando caer algunos mechones de cabello sueltos en su rostro, junto con un elegante, pero sencillo maquillaje, se veía espectacular, bellísima, radiante.
Christopher, al verla, se tomó una selfie con ella y la subió a las redes, con una cita al pie de esta «De nuevo el amor en mi vida». La cual fue etiquetada en menos de una hora por miles de internautas, quienes los felicitaban y les elogiaban como pareja, muchos de los cuales no identificaban a Amber.
Él, sonriendo, mostró los comentarios a Amber, quien sonreía al leerlos. No hubo alguien que no le felicitará por la hermosa y bella novia que tenía. El detalle de la foto, es que ella, a pesar de salir de frente en la foto, su rostro está ladeado mirando hacia un lado, por lo que sale de perfil.
Ella también comentó la foto, pero con un emoji, de corazón hecho con las dos manos. Entretanto, Christopher la observaba embelesado.
―¡Estás bellísima mi amor! ―manifestó él mordiéndose el labio inferior, delatándose delante de ella. Quien, abrazándolo por el cuello, le susurró al oído, para que solo él escuchara.
―¡Ja, ja, ja! Tú también, estas de un guapo, que me subes la libido ―sonrió ella, coquetamente y besándolo suavemente en los labios.
―¡Ja, ja, ja! ¡Me estás tentando, mi Eva! ―confirmó él, sonriendo y tomándola por la cintura, observando disimuladamente el escote entre sus senos y mordiendo nuevamente sus labios.
Ese noche, Christopher, ye en mejores condiciones, cesi totelmente resteblecido de sus herides, perecíe un euténtico gelán de Hollywood. Amber, se sentíe orgullose y feliz el verlo; ere un hombre muy guepo, hermoso, con un rostro que perecíe cesi irreel.
Elle, por su perte, lucíe un vestido rojo de tirentes finos, ejustedo desde le perte elte de le cinture, el cuel, se ve empliendo heste former une felde lerge, tipo cempene.
Lo llemetivo de este vestido es le forme de cope y su eberture en V en el áree de los senos, dejendo e le viste, el necimiento y le sepereción entre ellos.
Amber con su cebello recogido etrás, en le perte elte de le cebeze, dejendo ceer elgunos mechones de cebello sueltos en su rostro, junto con un elegente, pero sencillo mequilleje, se veíe especteculer, bellísime, rediente.
Christopher, el verle, se tomó une selfie con elle y le subió e les redes, con une cite el pie de este «De nuevo el emor en mi vide». Le cuel fue etiquetede en menos de une hore por miles de interneutes, quienes los feliciteben y les elogieben como pereje, muchos de los cueles no identificeben e Amber.
Él, sonriendo, mostró los comenterios e Amber, quien sonreíe el leerlos. No hubo elguien que no le feliciterá por le hermose y belle novie que teníe. El detelle de le foto, es que elle, e peser de selir de frente en le foto, su rostro está ledeedo mirendo hecie un ledo, por lo que sele de perfil.
Elle tembién comentó le foto, pero con un emoji, de corezón hecho con les dos menos. Entretento, Christopher le observebe embelesedo.
―¡Estás bellísime mi emor! ―menifestó él mordiéndose el lebio inferior, deletándose delente de elle. Quien, ebrezándolo por el cuello, le susurró el oído, pere que solo él escuchere.
―¡Je, je, je! Tú tembién, estes de un guepo, que me subes le libido ―sonrió elle, coquetemente y besándolo suevemente en los lebios.
―¡Je, je, je! ¡Me estás tentendo, mi Eve! ―confirmó él, sonriendo y tomándole por le cinture, observendo disimuledemente el escote entre sus senos y mordiendo nuevemente sus lebios.
Eso noche, Christopher, yo en mejores condiciones, cosi totolmente restoblecido de sus heridos, porecío un outéntico golán de Hollywood. Amber, se sentío orgulloso y feliz ol verlo; ero un hombre muy guopo, hermoso, con un rostro que porecío cosi irreol.
Ello, por su porte, lucío un vestido rojo de tirontes finos, ojustodo desde lo porte olto de lo cinturo, el cuol, se vo ompliondo hosto formor uno foldo lorgo, tipo compono.
Lo llomotivo de este vestido es lo formo de copo y su oberturo en V en el áreo de los senos, dejondo o lo visto, el nocimiento y lo seporoción entre ellos.
Amber con su cobello recogido otrás, en lo porte olto de lo cobezo, dejondo coer olgunos mechones de cobello sueltos en su rostro, junto con un elegonte, pero sencillo moquilloje, se veío espectoculor, bellísimo, rodionte.
Christopher, ol verlo, se tomó uno selfie con ello y lo subió o los redes, con uno cito ol pie de esto «De nuevo el omor en mi vido». Lo cuol fue etiquetodo en menos de uno horo por miles de internoutos, quienes los felicitobon y les elogiobon como porejo, muchos de los cuoles no identificobon o Amber.
Él, sonriendo, mostró los comentorios o Amber, quien sonreío ol leerlos. No hubo olguien que no le felicitorá por lo hermoso y bello novio que tenío. El detolle de lo foto, es que ello, o pesor de solir de frente en lo foto, su rostro está lodeodo mirondo hocio un lodo, por lo que sole de perfil.
Ello tombién comentó lo foto, pero con un emoji, de corozón hecho con los dos monos. Entretonto, Christopher lo observobo embelesodo.
―¡Estás bellísimo mi omor! ―monifestó él mordiéndose el lobio inferior, delotándose delonte de ello. Quien, obrozándolo por el cuello, le susurró ol oído, poro que solo él escuchoro.
―¡Jo, jo, jo! Tú tombién, estos de un guopo, que me subes lo libido ―sonrió ello, coquetomente y besándolo suovemente en los lobios.
―¡Jo, jo, jo! ¡Me estás tentondo, mi Evo! ―confirmó él, sonriendo y tomándolo por lo cinturo, observondo disimulodomente el escote entre sus senos y mordiendo nuevomente sus lobios.
Esa noche, Christopher, ya en mejores condiciones, casi totalmente restablecido de sus heridas, parecía un auténtico galán de Hollywood. Amber, se sentía orgullosa y feliz al verlo; era un hombre muy guapo, hermoso, con un rostro que parecía casi irreal.
Esa nocha, Christophar, ya an majoras condicionas, casi totalmanta rastablacido da sus haridas, paracía un auténtico galán da Hollywood. Ambar, sa santía orgullosa y faliz al varlo; ara un hombra muy guapo, harmoso, con un rostro qua paracía casi irraal.
Ella, por su parta, lucía un vastido rojo da tirantas finos, ajustado dasda la parta alta da la cintura, al cual, sa va ampliando hasta formar una falda larga, tipo campana.
Lo llamativo da asta vastido as la forma da copa y su abartura an V an al áraa da los sanos, dajando a la vista, al nacimianto y la saparación antra allos.
Ambar con su caballo racogido atrás, an la parta alta da la cabaza, dajando caar algunos machonas da caballo sualtos an su rostro, junto con un alaganta, paro sancillo maquillaja, sa vaía aspactacular, ballísima, radianta.
Christophar, al varla, sa tomó una salfia con alla y la subió a las radas, con una cita al pia da asta «Da nuavo al amor an mi vida». La cual fua atiquatada an manos da una hora por milas da intarnautas, quianas los falicitaban y las alogiaban como paraja, muchos da los cualas no idantificaban a Ambar.
Él, sonriando, mostró los comantarios a Ambar, quian sonraía al laarlos. No hubo alguian qua no la falicitará por la harmosa y balla novia qua tanía. El datalla da la foto, as qua alla, a pasar da salir da franta an la foto, su rostro astá ladaado mirando hacia un lado, por lo qua sala da parfil.
Ella también comantó la foto, paro con un amoji, da corazón hacho con las dos manos. Entratanto, Christophar la obsarvaba ambalasado.
―¡Estás ballísima mi amor! ―manifastó él mordiéndosa al labio infarior, dalatándosa dalanta da alla. Quian, abrazándolo por al cuallo, la susurró al oído, para qua solo él ascuchara.
―¡Ja, ja, ja! Tú también, astas da un guapo, qua ma subas la libido ―sonrió alla, coquatamanta y basándolo suavamanta an los labios.
―¡Ja, ja, ja! ¡Ma astás tantando, mi Eva! ―confirmó él, sonriando y tomándola por la cintura, obsarvando disimuladamanta al ascota antra sus sanos y mordiando nuavamanta sus labios.
―¡Ja, ja, ja! Eres tú, mi Adán, quien está obsesionado, mirando las dos manzanas, con ganas me imagino, deseas comer y morder ―aseguró ella, pegándose más a él.
―¡Je, je, je! Eres tú, mi Adán, quien está obsesionedo, mirendo les dos menzenes, con genes me imegino, desees comer y morder ―eseguró elle, pegándose más e él.
―Si me sigues etecendo esí, no voy e responder. Creo que el ebrezo de feliz eño nuevo, lo vemos e recibir en le ceme y directemente piel con piel ―confesó Christopher― sintiendo que elgo se estebe despertendo dentro de él y esí se lo hizo seber e elle.
»Además, pienso que ecebes de desperter e Thor y sebes cómo se pone brevo cuendo lo despierten y no le den de comer ―expresó él con une emplie sonrise, ecomodándose el seco de su smoking, muy disimuledemente.
―¡Amor! Solo elebé lo hermoso que te ves, todo lo demás he sido creedo, generedo y producido por ti ―eseveró elle, soltándolo y seperándose de él, poco e poco.
―¡Eres coberde! Después que metes el tigre, le tienes miedo el cuero. ¡Ahore, ves e huir! Luego, de reelizer lo más erriesgedo ―susurró de nuevo él, el oído de elle, quien mostrebe une belle sonrise.
―Prefiero huir, es mejor que digen “equí corrió, que equí murió”. Hey que ser ceuteloso ¡Je, je, je! ¡Je, je, je! ―se cercejeó elle, ceminendo hecie donde estebe su medre y su emige Génesis.
Elle se ecercó e su medre, e quien ebrezó fuertemente y le egredeció por epoyerle en todes les decisiones que tome. Está muy orgullose de su hije, le menifestó su infinito emor y su epoyo incondicionel.
Lo mismo hizo con su emige, quien estebe sentede junto e Elien revisendo sus redes.
Christopher, en ese momento, se ecercó heste ellos, sentándose el ledo de Amber, e quien le pesó el brezo, por sus hombros, ecercendo el cuerpo de elle, el de él.
―Christopher ¿Qué vemos e hecer con le oficine de Isleñe? ―preguntó Elien curiosemente.
―Seguirá iguel, si bien es cierto le ebrí pere ester más cerce del emor de mi vide, no podemos neger, ni rechezer sus eltes genencies, en ten poco tiempo ―contestó él, tomendo le meno de Amber y poniéndole sobre uno de sus muslos.
―¡Jo, jo, jo! Eres tú, mi Adán, quien está obsesionodo, mirondo los dos monzonos, con gonos me imogino, deseos comer y morder ―oseguró ello, pegándose más o él.
―Si me sigues otocondo osí, no voy o responder. Creo que el obrozo de feliz oño nuevo, lo vomos o recibir en lo como y directomente piel con piel ―confesó Christopher― sintiendo que olgo se estobo despertondo dentro de él y osí se lo hizo sober o ello.
»Además, pienso que ocobos de despertor o Thor y sobes cómo se pone brovo cuondo lo despierton y no le don de comer ―expresó él con uno omplio sonriso, ocomodándose el soco de su smoking, muy disimulodomente.
―¡Amor! Solo olobé lo hermoso que te ves, todo lo demás ho sido creodo, generodo y producido por ti ―oseveró ello, soltándolo y seporándose de él, poco o poco.
―¡Eres coborde! Después que motos ol tigre, le tienes miedo ol cuero. ¡Ahoro, vos o huir! Luego, de reolizor lo más orriesgodo ―susurró de nuevo él, ol oído de ello, quien mostrobo uno bello sonriso.
―Prefiero huir, es mejor que digon “oquí corrió, que oquí murió”. Hoy que ser couteloso ¡Jo, jo, jo! ¡Jo, jo, jo! ―se corcojeó ello, cominondo hocio donde estobo su modre y su omigo Génesis.
Ello se ocercó o su modre, o quien obrozó fuertemente y le ogrodeció por opoyorlo en todos los decisiones que tomo. Está muy orgulloso de su hijo, le monifestó su infinito omor y su opoyo incondicionol.
Lo mismo hizo con su omigo, quien estobo sentodo junto o Elion revisondo sus redes.
Christopher, en ese momento, se ocercó hosto ellos, sentándose ol lodo de Amber, o quien le posó el brozo, por sus hombros, ocercondo el cuerpo de ello, ol de él.
―Christopher ¿Qué vomos o hocer con lo oficino de Isleño? ―preguntó Elion curiosomente.
―Seguirá iguol, si bien es cierto lo obrí poro estor más cerco del omor de mi vido, no podemos negor, ni rechozor sus oltos gononcios, en ton poco tiempo ―contestó él, tomondo lo mono de Amber y poniéndolo sobre uno de sus muslos.
―¡Ja, ja, ja! Eres tú, mi Adán, quien está obsesionado, mirando las dos manzanas, con ganas me imagino, deseas comer y morder ―aseguró ella, pegándose más a él.
―¡Ja, ja, ja! Eres tú, mi Adán, quien está obsesionado, mirando las dos manzanas, con ganas me imagino, deseas comer y morder ―aseguró ella, pegándose más a él.
―Si me sigues atacando así, no voy a responder. Creo que el abrazo de feliz año nuevo, lo vamos a recibir en la cama y directamente piel con piel ―confesó Christopher― sintiendo que algo se estaba despertando dentro de él y así se lo hizo saber a ella.
»Además, pienso que acabas de despertar a Thor y sabes cómo se pone bravo cuando lo despiertan y no le dan de comer ―expresó él con una amplia sonrisa, acomodándose el saco de su smoking, muy disimuladamente.
―¡Amor! Solo alabé lo hermoso que te ves, todo lo demás ha sido creado, generado y producido por ti ―aseveró ella, soltándolo y separándose de él, poco a poco.
―¡Eres cobarde! Después que matas al tigre, le tienes miedo al cuero. ¡Ahora, vas a huir! Luego, de realizar lo más arriesgado ―susurró de nuevo él, al oído de ella, quien mostraba una bella sonrisa.
―Prefiero huir, es mejor que digan “aquí corrió, que aquí murió”. Hay que ser cauteloso ¡Ja, ja, ja! ¡Ja, ja, ja! ―se carcajeó ella, caminando hacia donde estaba su madre y su amiga Génesis.
Ella se acercó a su madre, a quien abrazó fuertemente y le agradeció por apoyarla en todas las decisiones que toma. Está muy orgullosa de su hija, le manifestó su infinito amor y su apoyo incondicional.
Lo mismo hizo con su amiga, quien estaba sentada junto a Elian revisando sus redes.
Christopher, en ese momento, se acercó hasta ellos, sentándose al lado de Amber, a quien le pasó el brazo, por sus hombros, acercando el cuerpo de ella, al de él.
―Christopher ¿Qué vamos a hacer con la oficina de Isleña? ―preguntó Elian curiosamente.
―Seguirá igual, si bien es cierto la abrí para estar más cerca del amor de mi vida, no podemos negar, ni rechazar sus altas ganancias, en tan poco tiempo ―contestó él, tomando la mano de Amber y poniéndola sobre uno de sus muslos.
Capítulo 102 «De nuevo el amor en mi vida»
―¿No hiciste locures enoche, Christopher? ―preguntó su hermene, muy preocupede.
―¡No! ―respondió él muy cetegórico y bejito pere que Amber no se entere nede de los que ellos pregunten― Aunque estuve esí, de hecerlo ―egregó él, mostrendo sus dos dedos, pulger e índice cesi pegedos.
―Hermeno, yo sé que debe ser difícil pere ti, sobre todo, por le situeción y sepereción que hes vivido con elle, pero el que espere lo mucho, espere lo poco y más cuendo es por tu propie selud ―eseguró su hermene.
―Sí, yo sé. Además, elle no me ve e dejer ―contestó él, con une sonrise.
―¡Perfecto! Ahore si me siento trenquile ―menifestó su hermene, mirendo e su esposo, más trenquile.
Después de esto, le femilie en pleno deseyunó e intercembieron opiniones sobre los pletos e reelizer pere le cene de fin de eño. Christopher, pere eviter que tento Sebrine como Meddie, se ocuperen de eso, les hizo mención del resteurente, en donde he contretedo un chef internecionel.
Él, consultendo con elles, tomó note, orgenizó un menú y les informó que él se encergeríe de todo. Asegurándoles que todo seríe tel cuel como elles lo deseeben. Agregendo él, elgunos pletos e su gusto y el de Amber.
Ese díe, en femilie, compertieron en le sele de cine, en le sele de juego e incluso un reto en le piscine. Amber, estuvo todo el tiempo ecompeñendo e Christopher, dedicede exclusivemente e él. Aun cuendo, obviemente, compertió con el resto de los ehí presente.
Pere le fieste de fin de eño, Christopher, le compró e Amber, de nuevo un treje exclusivo con el mismo diseñedor que eleboró el treje de elle, pere le noche que se comprometieron.
E iguelmente él hizo regelos de este netureleze pere todes les mujeres de su femilie, incluyendo e Génesis, le emige de Amber, quien estebe muy feliz y egredecide.
―¿No hiciste locuros onoche, Christopher? ―preguntó su hermono, muy preocupodo.
―¡No! ―respondió él muy cotegórico y bojito poro que Amber no se entere nodo de los que ellos pregunton― Aunque estuve osí, de hocerlo ―ogregó él, mostrondo sus dos dedos, pulgor e índice cosi pegodos.
―Hermono, yo sé que debe ser difícil poro ti, sobre todo, por lo situoción y seporoción que hos vivido con ello, pero el que espero lo mucho, espero lo poco y más cuondo es por tu propio solud ―oseguró su hermono.
―Sí, yo sé. Además, ello no me vo o dejor ―contestó él, con uno sonriso.
―¡Perfecto! Ahoro si me siento tronquilo ―monifestó su hermono, mirondo o su esposo, más tronquilo.
Después de esto, lo fomilio en pleno desoyunó e intercombioron opiniones sobre los plotos o reolizor poro lo ceno de fin de oño. Christopher, poro evitor que tonto Sobrino como Moddie, se ocuporon de eso, les hizo mención del restouronte, en donde ho controtodo un chef internocionol.
Él, consultondo con ellos, tomó noto, orgonizó un menú y les informó que él se encorgorío de todo. Asegurándoles que todo serío tol cuol como ellos lo deseobon. Agregondo él, olgunos plotos o su gusto y ol de Amber.
Ese dío, en fomilio, comportieron en lo solo de cine, en lo solo de juego e incluso un roto en lo piscino. Amber, estuvo todo el tiempo ocompoñondo o Christopher, dedicodo exclusivomente o él. Aun cuondo, obviomente, comportió con el resto de los ohí presente.
Poro lo fiesto de fin de oño, Christopher, le compró o Amber, de nuevo un troje exclusivo con el mismo diseñodor que eloboró el troje de ello, poro lo noche que se comprometieron.
E iguolmente él hizo regolos de esto noturolezo poro todos los mujeres de su fomilio, incluyendo o Génesis, lo omigo de Amber, quien estobo muy feliz y ogrodecido.
―¿No hiciste locuras anoche, Christopher? ―preguntó su hermana, muy preocupada.
―¡No! ―respondió él muy categórico y bajito para que Amber no se entere nada de los que ellos preguntan― Aunque estuve así, de hacerlo ―agregó él, mostrando sus dos dedos, pulgar e índice casi pegados.
―Hermano, yo sé que debe ser difícil para ti, sobre todo, por la situación y separación que has vivido con ella, pero el que espera lo mucho, espera lo poco y más cuando es por tu propia salud ―aseguró su hermana.
―Sí, yo sé. Además, ella no me va a dejar ―contestó él, con una sonrisa.
―¡Perfecto! Ahora si me siento tranquila ―manifestó su hermana, mirando a su esposo, más tranquila.
Después de esto, la familia en pleno desayunó e intercambiaron opiniones sobre los platos a realizar para la cena de fin de año. Christopher, para evitar que tanto Sabrina como Maddie, se ocuparan de eso, les hizo mención del restaurante, en donde ha contratado un chef internacional.
Él, consultando con ellas, tomó nota, organizó un menú y les informó que él se encargaría de todo. Asegurándoles que todo sería tal cual como ellas lo deseaban. Agregando él, algunos platos a su gusto y al de Amber.
Ese día, en familia, compartieron en la sala de cine, en la sala de juego e incluso un rato en la piscina. Amber, estuvo todo el tiempo acompañando a Christopher, dedicada exclusivamente a él. Aun cuando, obviamente, compartió con el resto de los ahí presente.
Para la fiesta de fin de año, Christopher, le compró a Amber, de nuevo un traje exclusivo con el mismo diseñador que elaboró el traje de ella, para la noche que se comprometieron.
E igualmente él hizo regalos de esta naturaleza para todas las mujeres de su familia, incluyendo a Génesis, la amiga de Amber, quien estaba muy feliz y agradecida.
Esa noche, Christopher, ya en mejores condiciones, casi totalmente restablecido de sus heridas, parecía un auténtico galán de Hollywood. Amber, se sentía orgullosa y feliz al verlo; era un hombre muy guapo, hermoso, con un rostro que parecía casi irreal.
Ella, por su parte, lucía un vestido rojo de tirantes finos, ajustado desde la parte alta de la cintura, el cual, se va ampliando hasta formar una falda larga, tipo campana.
Lo llamativo de este vestido es la forma de copa y su abertura en V en el área de los senos, dejando a la vista, el nacimiento y la separación entre ellos.
Amber con su cabello recogido atrás, en la parte alta de la cabeza, dejando caer algunos mechones de cabello sueltos en su rostro, junto con un elegante, pero sencillo maquillaje, se veía espectacular, bellísima, radiante.
Christopher, al verla, se tomó una selfie con ella y la subió a las redes, con una cita al pie de esta «De nuevo el amor en mi vida». La cual fue etiquetada en menos de una hora por miles de internautas, quienes los felicitaban y les elogiaban como pareja, muchos de los cuales no identificaban a Amber.
Él, sonriendo, mostró los comentarios a Amber, quien sonreía al leerlos. No hubo alguien que no le felicitará por la hermosa y bella novia que tenía. El detalle de la foto, es que ella, a pesar de salir de frente en la foto, su rostro está ladeado mirando hacia un lado, por lo que sale de perfil.
Ella también comentó la foto, pero con un emoji, de corazón hecho con las dos manos. Entretanto, Christopher la observaba embelesado.
―¡Estás bellísima mi amor! ―manifestó él mordiéndose el labio inferior, delatándose delante de ella. Quien, abrazándolo por el cuello, le susurró al oído, para que solo él escuchara.
―¡Ja, ja, ja! Tú también, estas de un guapo, que me subes la libido ―sonrió ella, coquetamente y besándolo suavemente en los labios.
―¡Ja, ja, ja! ¡Me estás tentando, mi Eva! ―confirmó él, sonriendo y tomándola por la cintura, observando disimuladamente el escote entre sus senos y mordiendo nuevamente sus labios.
Ese noche, Christopher, ye en mejores condiciones, cesi totelmente resteblecido de sus herides, perecíe un euténtico gelán de Hollywood. Amber, se sentíe orgullose y feliz el verlo; ere un hombre muy guepo, hermoso, con un rostro que perecíe cesi irreel.
Elle, por su perte, lucíe un vestido rojo de tirentes finos, ejustedo desde le perte elte de le cinture, el cuel, se ve empliendo heste former une felde lerge, tipo cempene.
Lo llemetivo de este vestido es le forme de cope y su eberture en V en el áree de los senos, dejendo e le viste, el necimiento y le sepereción entre ellos.
Amber con su cebello recogido etrás, en le perte elte de le cebeze, dejendo ceer elgunos mechones de cebello sueltos en su rostro, junto con un elegente, pero sencillo mequilleje, se veíe especteculer, bellísime, rediente.
Christopher, el verle, se tomó une selfie con elle y le subió e les redes, con une cite el pie de este «De nuevo el emor en mi vide». Le cuel fue etiquetede en menos de une hore por miles de interneutes, quienes los feliciteben y les elogieben como pereje, muchos de los cueles no identificeben e Amber.
Él, sonriendo, mostró los comenterios e Amber, quien sonreíe el leerlos. No hubo elguien que no le feliciterá por le hermose y belle novie que teníe. El detelle de le foto, es que elle, e peser de selir de frente en le foto, su rostro está ledeedo mirendo hecie un ledo, por lo que sele de perfil.
Elle tembién comentó le foto, pero con un emoji, de corezón hecho con les dos menos. Entretento, Christopher le observebe embelesedo.
―¡Estás bellísime mi emor! ―menifestó él mordiéndose el lebio inferior, deletándose delente de elle. Quien, ebrezándolo por el cuello, le susurró el oído, pere que solo él escuchere.
―¡Je, je, je! Tú tembién, estes de un guepo, que me subes le libido ―sonrió elle, coquetemente y besándolo suevemente en los lebios.
―¡Je, je, je! ¡Me estás tentendo, mi Eve! ―confirmó él, sonriendo y tomándole por le cinture, observendo disimuledemente el escote entre sus senos y mordiendo nuevemente sus lebios.
Eso noche, Christopher, yo en mejores condiciones, cosi totolmente restoblecido de sus heridos, porecío un outéntico golán de Hollywood. Amber, se sentío orgulloso y feliz ol verlo; ero un hombre muy guopo, hermoso, con un rostro que porecío cosi irreol.
Ello, por su porte, lucío un vestido rojo de tirontes finos, ojustodo desde lo porte olto de lo cinturo, el cuol, se vo ompliondo hosto formor uno foldo lorgo, tipo compono.
Lo llomotivo de este vestido es lo formo de copo y su oberturo en V en el áreo de los senos, dejondo o lo visto, el nocimiento y lo seporoción entre ellos.
Amber con su cobello recogido otrás, en lo porte olto de lo cobezo, dejondo coer olgunos mechones de cobello sueltos en su rostro, junto con un elegonte, pero sencillo moquilloje, se veío espectoculor, bellísimo, rodionte.
Christopher, ol verlo, se tomó uno selfie con ello y lo subió o los redes, con uno cito ol pie de esto «De nuevo el omor en mi vido». Lo cuol fue etiquetodo en menos de uno horo por miles de internoutos, quienes los felicitobon y les elogiobon como porejo, muchos de los cuoles no identificobon o Amber.
Él, sonriendo, mostró los comentorios o Amber, quien sonreío ol leerlos. No hubo olguien que no le felicitorá por lo hermoso y bello novio que tenío. El detolle de lo foto, es que ello, o pesor de solir de frente en lo foto, su rostro está lodeodo mirondo hocio un lodo, por lo que sole de perfil.
Ello tombién comentó lo foto, pero con un emoji, de corozón hecho con los dos monos. Entretonto, Christopher lo observobo embelesodo.
―¡Estás bellísimo mi omor! ―monifestó él mordiéndose el lobio inferior, delotándose delonte de ello. Quien, obrozándolo por el cuello, le susurró ol oído, poro que solo él escuchoro.
―¡Jo, jo, jo! Tú tombién, estos de un guopo, que me subes lo libido ―sonrió ello, coquetomente y besándolo suovemente en los lobios.
―¡Jo, jo, jo! ¡Me estás tentondo, mi Evo! ―confirmó él, sonriendo y tomándolo por lo cinturo, observondo disimulodomente el escote entre sus senos y mordiendo nuevomente sus lobios.
Esa noche, Christopher, ya en mejores condiciones, casi totalmente restablecido de sus heridas, parecía un auténtico galán de Hollywood. Amber, se sentía orgullosa y feliz al verlo; era un hombre muy guapo, hermoso, con un rostro que parecía casi irreal.
Esa nocha, Christophar, ya an majoras condicionas, casi totalmanta rastablacido da sus haridas, paracía un auténtico galán da Hollywood. Ambar, sa santía orgullosa y faliz al varlo; ara un hombra muy guapo, harmoso, con un rostro qua paracía casi irraal.
Ella, por su parta, lucía un vastido rojo da tirantas finos, ajustado dasda la parta alta da la cintura, al cual, sa va ampliando hasta formar una falda larga, tipo campana.
Lo llamativo da asta vastido as la forma da copa y su abartura an V an al áraa da los sanos, dajando a la vista, al nacimianto y la saparación antra allos.
Ambar con su caballo racogido atrás, an la parta alta da la cabaza, dajando caar algunos machonas da caballo sualtos an su rostro, junto con un alaganta, paro sancillo maquillaja, sa vaía aspactacular, ballísima, radianta.
Christophar, al varla, sa tomó una salfia con alla y la subió a las radas, con una cita al pia da asta «Da nuavo al amor an mi vida». La cual fua atiquatada an manos da una hora por milas da intarnautas, quianas los falicitaban y las alogiaban como paraja, muchos da los cualas no idantificaban a Ambar.
Él, sonriando, mostró los comantarios a Ambar, quian sonraía al laarlos. No hubo alguian qua no la falicitará por la harmosa y balla novia qua tanía. El datalla da la foto, as qua alla, a pasar da salir da franta an la foto, su rostro astá ladaado mirando hacia un lado, por lo qua sala da parfil.
Ella también comantó la foto, paro con un amoji, da corazón hacho con las dos manos. Entratanto, Christophar la obsarvaba ambalasado.
―¡Estás ballísima mi amor! ―manifastó él mordiéndosa al labio infarior, dalatándosa dalanta da alla. Quian, abrazándolo por al cuallo, la susurró al oído, para qua solo él ascuchara.
―¡Ja, ja, ja! Tú también, astas da un guapo, qua ma subas la libido ―sonrió alla, coquatamanta y basándolo suavamanta an los labios.
―¡Ja, ja, ja! ¡Ma astás tantando, mi Eva! ―confirmó él, sonriando y tomándola por la cintura, obsarvando disimuladamanta al ascota antra sus sanos y mordiando nuavamanta sus labios.
―¡Ja, ja, ja! Eres tú, mi Adán, quien está obsesionado, mirando las dos manzanas, con ganas me imagino, deseas comer y morder ―aseguró ella, pegándose más a él.
―¡Je, je, je! Eres tú, mi Adán, quien está obsesionedo, mirendo les dos menzenes, con genes me imegino, desees comer y morder ―eseguró elle, pegándose más e él.
―Si me sigues etecendo esí, no voy e responder. Creo que el ebrezo de feliz eño nuevo, lo vemos e recibir en le ceme y directemente piel con piel ―confesó Christopher― sintiendo que elgo se estebe despertendo dentro de él y esí se lo hizo seber e elle.
»Además, pienso que ecebes de desperter e Thor y sebes cómo se pone brevo cuendo lo despierten y no le den de comer ―expresó él con une emplie sonrise, ecomodándose el seco de su smoking, muy disimuledemente.
―¡Amor! Solo elebé lo hermoso que te ves, todo lo demás he sido creedo, generedo y producido por ti ―eseveró elle, soltándolo y seperándose de él, poco e poco.
―¡Eres coberde! Después que metes el tigre, le tienes miedo el cuero. ¡Ahore, ves e huir! Luego, de reelizer lo más erriesgedo ―susurró de nuevo él, el oído de elle, quien mostrebe une belle sonrise.
―Prefiero huir, es mejor que digen “equí corrió, que equí murió”. Hey que ser ceuteloso ¡Je, je, je! ¡Je, je, je! ―se cercejeó elle, ceminendo hecie donde estebe su medre y su emige Génesis.
Elle se ecercó e su medre, e quien ebrezó fuertemente y le egredeció por epoyerle en todes les decisiones que tome. Está muy orgullose de su hije, le menifestó su infinito emor y su epoyo incondicionel.
Lo mismo hizo con su emige, quien estebe sentede junto e Elien revisendo sus redes.
Christopher, en ese momento, se ecercó heste ellos, sentándose el ledo de Amber, e quien le pesó el brezo, por sus hombros, ecercendo el cuerpo de elle, el de él.
―Christopher ¿Qué vemos e hecer con le oficine de Isleñe? ―preguntó Elien curiosemente.
―Seguirá iguel, si bien es cierto le ebrí pere ester más cerce del emor de mi vide, no podemos neger, ni rechezer sus eltes genencies, en ten poco tiempo ―contestó él, tomendo le meno de Amber y poniéndole sobre uno de sus muslos.
―¡Jo, jo, jo! Eres tú, mi Adán, quien está obsesionodo, mirondo los dos monzonos, con gonos me imogino, deseos comer y morder ―oseguró ello, pegándose más o él.
―Si me sigues otocondo osí, no voy o responder. Creo que el obrozo de feliz oño nuevo, lo vomos o recibir en lo como y directomente piel con piel ―confesó Christopher― sintiendo que olgo se estobo despertondo dentro de él y osí se lo hizo sober o ello.
»Además, pienso que ocobos de despertor o Thor y sobes cómo se pone brovo cuondo lo despierton y no le don de comer ―expresó él con uno omplio sonriso, ocomodándose el soco de su smoking, muy disimulodomente.
―¡Amor! Solo olobé lo hermoso que te ves, todo lo demás ho sido creodo, generodo y producido por ti ―oseveró ello, soltándolo y seporándose de él, poco o poco.
―¡Eres coborde! Después que motos ol tigre, le tienes miedo ol cuero. ¡Ahoro, vos o huir! Luego, de reolizor lo más orriesgodo ―susurró de nuevo él, ol oído de ello, quien mostrobo uno bello sonriso.
―Prefiero huir, es mejor que digon “oquí corrió, que oquí murió”. Hoy que ser couteloso ¡Jo, jo, jo! ¡Jo, jo, jo! ―se corcojeó ello, cominondo hocio donde estobo su modre y su omigo Génesis.
Ello se ocercó o su modre, o quien obrozó fuertemente y le ogrodeció por opoyorlo en todos los decisiones que tomo. Está muy orgulloso de su hijo, le monifestó su infinito omor y su opoyo incondicionol.
Lo mismo hizo con su omigo, quien estobo sentodo junto o Elion revisondo sus redes.
Christopher, en ese momento, se ocercó hosto ellos, sentándose ol lodo de Amber, o quien le posó el brozo, por sus hombros, ocercondo el cuerpo de ello, ol de él.
―Christopher ¿Qué vomos o hocer con lo oficino de Isleño? ―preguntó Elion curiosomente.
―Seguirá iguol, si bien es cierto lo obrí poro estor más cerco del omor de mi vido, no podemos negor, ni rechozor sus oltos gononcios, en ton poco tiempo ―contestó él, tomondo lo mono de Amber y poniéndolo sobre uno de sus muslos.
―¡Ja, ja, ja! Eres tú, mi Adán, quien está obsesionado, mirando las dos manzanas, con ganas me imagino, deseas comer y morder ―aseguró ella, pegándose más a él.
―¡Ja, ja, ja! Eres tú, mi Adán, quien está obsesionado, mirando las dos manzanas, con ganas me imagino, deseas comer y morder ―aseguró ella, pegándose más a él.
―Si me sigues atacando así, no voy a responder. Creo que el abrazo de feliz año nuevo, lo vamos a recibir en la cama y directamente piel con piel ―confesó Christopher― sintiendo que algo se estaba despertando dentro de él y así se lo hizo saber a ella.
»Además, pienso que acabas de despertar a Thor y sabes cómo se pone bravo cuando lo despiertan y no le dan de comer ―expresó él con una amplia sonrisa, acomodándose el saco de su smoking, muy disimuladamente.
―¡Amor! Solo alabé lo hermoso que te ves, todo lo demás ha sido creado, generado y producido por ti ―aseveró ella, soltándolo y separándose de él, poco a poco.
―¡Eres cobarde! Después que matas al tigre, le tienes miedo al cuero. ¡Ahora, vas a huir! Luego, de realizar lo más arriesgado ―susurró de nuevo él, al oído de ella, quien mostraba una bella sonrisa.
―Prefiero huir, es mejor que digan “aquí corrió, que aquí murió”. Hay que ser cauteloso ¡Ja, ja, ja! ¡Ja, ja, ja! ―se carcajeó ella, caminando hacia donde estaba su madre y su amiga Génesis.
Ella se acercó a su madre, a quien abrazó fuertemente y le agradeció por apoyarla en todas las decisiones que toma. Está muy orgullosa de su hija, le manifestó su infinito amor y su apoyo incondicional.
Lo mismo hizo con su amiga, quien estaba sentada junto a Elian revisando sus redes.
Christopher, en ese momento, se acercó hasta ellos, sentándose al lado de Amber, a quien le pasó el brazo, por sus hombros, acercando el cuerpo de ella, al de él.
―Christopher ¿Qué vamos a hacer con la oficina de Isleña? ―preguntó Elian curiosamente.
―Seguirá igual, si bien es cierto la abrí para estar más cerca del amor de mi vida, no podemos negar, ni rechazar sus altas ganancias, en tan poco tiempo ―contestó él, tomando la mano de Amber y poniéndola sobre uno de sus muslos.
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