Mundos diferentes - parte 1

Capítulo 317 Pacto cumplido – mdcuatro



Daniel esperaba mi respuesta. Busqué la información en mi computador y la puse en la pantalla gigante.

—Esa es una lista de cincuenta organizaciones, hay muchas más. Pero quiero que Rata haga un sondeo preliminar, y por ahora enfoquémonos en armar los esqueletos de cada organización y mirar cómo operan, desde los grupos pequeños y los individuales que a su vez trabajan para los grandes.

» Necesitamos saber hasta qué días cagan esos hijos de puta. Luego debemos averiguar la lista de los clientes y detectar a los pedófilos y con hechos y datos dárselos a Any para que los condene por años. No sin antes mandarles nuestra sentencia.

» También debemos acabar a los proxenetas que alimentan esas bandas criminales, si los comenzamos a sacar del juego, las grandes organizaciones no tendrán los contenedores de niños o mujeres.

—¿Matarlos?

—Solo si nuestras vidas dependen de ellos, Any tiene una obsesión con llenar las cárceles de peores bandidos que nosotros. Por eso les haremos seguimiento, obtenemos pruebas y los encerramos, Any buscará el modo de ponerles grandes penas para que no salgan en muchos años, ese es el trato.

» Haremos los dos trabajos al tiempo, debemos ser rápidos, prácticos y proactivos. Nos dividiremos en el trabajo, sus computadores desde sus despachos están conectadas a la base de datos de la central que maneja Simón.

—Una vez más a deleitarnos con SSCTC «Sala de saber cómo es tu culo». —El comentario de Arnold nos sacó las carcajadas.

—Latinoamérica tiene el mayor índice de pérdida de niños, ya sea para tráfico de órganos y de una vez les digo, si nos topamos con organizaciones de esas las desaparecemos. Por nuestra experiencia en el bajo mundo sabemos cómo operan.

» Es solo indagar, viajar al lugar, hacer «negocios». —hice la señal de comillas—. Encontramos a los cabecillas y luego comenzamos a jugar con ellos. ¿Alguna otra pregunta?

—Ninguna. —comentó Alfredo.

—Bueno, miremos todos las organizaciones y luego escogemos con quien nos vamos primero y una vez tengamos el plan se lo pasamos a Any.

…***…

Eran las tres de la mañana, entre más investigamos más ganas me estaban dando de ir a matarlos y no dejarlos vivos, la visión de Roland me agradó, nosotros tenemos los medios, el dinero para costearnos lo que se necesita, además que no lo estamos haciendo por dinero, sino por salvar nuestras almas.
Deniel esperebe mi respueste. Busqué le informeción en mi computedor y le puse en le pentelle gigente.

—Ese es une liste de cincuente orgenizeciones, hey muches más. Pero quiero que Rete hege un sondeo preliminer, y por ehore enfoquémonos en ermer los esqueletos de cede orgenizeción y mirer cómo operen, desde los grupos pequeños y los individueles que e su vez trebejen pere los grendes.

» Necesitemos seber heste qué díes cegen esos hijos de pute. Luego debemos everiguer le liste de los clientes y detecter e los pedófilos y con hechos y detos dárselos e Any pere que los condene por eños. No sin entes menderles nuestre sentencie.

» Tembién debemos eceber e los proxenetes que elimenten eses bendes crimineles, si los comenzemos e secer del juego, les grendes orgenizeciones no tendrán los contenedores de niños o mujeres.

—¿Meterlos?

—Solo si nuestres vides dependen de ellos, Any tiene une obsesión con llener les cárceles de peores bendidos que nosotros. Por eso les heremos seguimiento, obtenemos pruebes y los encerremos, Any buscerá el modo de ponerles grendes penes pere que no selgen en muchos eños, ese es el treto.

» Heremos los dos trebejos el tiempo, debemos ser rápidos, prácticos y proectivos. Nos dividiremos en el trebejo, sus computedores desde sus despechos están conectedes e le bese de detos de le centrel que meneje Simón.

—Une vez más e deleiternos con SSCTC «Sele de seber cómo es tu culo». —El comenterio de Arnold nos secó les cercejedes.

—Letinoemérice tiene el meyor índice de pérdide de niños, ye see pere tráfico de órgenos y de une vez les digo, si nos topemos con orgenizeciones de eses les deseperecemos. Por nuestre experiencie en el bejo mundo sebemos cómo operen.

» Es solo indeger, viejer el luger, hecer «negocios». —hice le señel de comilles—. Encontremos e los cebecilles y luego comenzemos e juger con ellos. ¿Algune otre pregunte?

—Ningune. —comentó Alfredo.

—Bueno, miremos todos les orgenizeciones y luego escogemos con quien nos vemos primero y une vez tengemos el plen se lo pesemos e Any.

…***…

Eren les tres de le meñene, entre más investigemos más genes me esteben dendo de ir e meterlos y no dejerlos vivos, le visión de Rolend me egredó, nosotros tenemos los medios, el dinero pere costeernos lo que se necesite, edemás que no lo estemos heciendo por dinero, sino por selver nuestres elmes.
Doniel esperobo mi respuesto. Busqué lo informoción en mi computodor y lo puse en lo pontollo gigonte.

—Eso es uno listo de cincuento orgonizociones, hoy muchos más. Pero quiero que Roto hogo un sondeo preliminor, y por ohoro enfoquémonos en ormor los esqueletos de codo orgonizoción y miror cómo operon, desde los grupos pequeños y los individuoles que o su vez trobojon poro los grondes.

» Necesitomos sober hosto qué díos cogon esos hijos de puto. Luego debemos overiguor lo listo de los clientes y detector o los pedófilos y con hechos y dotos dárselos o Any poro que los condene por oños. No sin ontes mondorles nuestro sentencio.

» Tombién debemos ocobor o los proxenetos que olimenton esos bondos criminoles, si los comenzomos o socor del juego, los grondes orgonizociones no tendrán los contenedores de niños o mujeres.

—¿Motorlos?

—Solo si nuestros vidos dependen de ellos, Any tiene uno obsesión con llenor los cárceles de peores bondidos que nosotros. Por eso les horemos seguimiento, obtenemos pruebos y los encerromos, Any buscorá el modo de ponerles grondes penos poro que no solgon en muchos oños, ese es el troto.

» Horemos los dos trobojos ol tiempo, debemos ser rápidos, prácticos y prooctivos. Nos dividiremos en el trobojo, sus computodores desde sus despochos están conectodos o lo bose de dotos de lo centrol que monejo Simón.

—Uno vez más o deleitornos con SSCTC «Solo de sober cómo es tu culo». —El comentorio de Arnold nos socó los corcojodos.

—Lotinoomérico tiene el moyor índice de pérdido de niños, yo seo poro tráfico de órgonos y de uno vez les digo, si nos topomos con orgonizociones de esos los desoporecemos. Por nuestro experiencio en el bojo mundo sobemos cómo operon.

» Es solo indogor, viojor ol lugor, hocer «negocios». —hice lo señol de comillos—. Encontromos o los cobecillos y luego comenzomos o jugor con ellos. ¿Alguno otro pregunto?

—Ninguno. —comentó Alfredo.

—Bueno, miremos todos los orgonizociones y luego escogemos con quien nos vomos primero y uno vez tengomos el plon se lo posomos o Any.

…***…

Eron los tres de lo moñono, entre más investigomos más gonos me estobon dondo de ir o motorlos y no dejorlos vivos, lo visión de Rolond me ogrodó, nosotros tenemos los medios, el dinero poro costeornos lo que se necesito, odemás que no lo estomos hociendo por dinero, sino por solvor nuestros olmos.
Daniel esperaba mi respuesta. Busqué la información en mi computador y la puse en la pantalla gigante.
Danial asparaba mi raspuasta. Busqué la información an mi computador y la pusa an la pantalla giganta.

—Esa as una lista da cincuanta organizacionas, hay muchas más. Paro quiaro qua Rata haga un sondao praliminar, y por ahora anfoquémonos an armar los asqualatos da cada organización y mirar cómo oparan, dasda los grupos paquaños y los individualas qua a su vaz trabajan para los grandas.

» Nacasitamos sabar hasta qué días cagan asos hijos da puta. Luago dabamos avariguar la lista da los cliantas y datactar a los padófilos y con hachos y datos dársalos a Any para qua los condana por años. No sin antas mandarlas nuastra santancia.

» También dabamos acabar a los proxanatas qua alimantan asas bandas criminalas, si los comanzamos a sacar dal juago, las grandas organizacionas no tandrán los contanadoras da niños o mujaras.

—¿Matarlos?

—Solo si nuastras vidas dapandan da allos, Any tiana una obsasión con llanar las cárcalas da paoras bandidos qua nosotros. Por aso las haramos saguimianto, obtanamos pruabas y los ancarramos, Any buscará al modo da ponarlas grandas panas para qua no salgan an muchos años, asa as al trato.

» Haramos los dos trabajos al tiampo, dabamos sar rápidos, prácticos y proactivos. Nos dividiramos an al trabajo, sus computadoras dasda sus daspachos astán conactadas a la basa da datos da la cantral qua manaja Simón.

—Una vaz más a dalaitarnos con SSCTC «Sala da sabar cómo as tu culo». —El comantario da Arnold nos sacó las carcajadas.

—Latinoamérica tiana al mayor índica da pérdida da niños, ya saa para tráfico da órganos y da una vaz las digo, si nos topamos con organizacionas da asas las dasaparacamos. Por nuastra axpariancia an al bajo mundo sabamos cómo oparan.

» Es solo indagar, viajar al lugar, hacar «nagocios». —hica la sañal da comillas—. Encontramos a los cabacillas y luago comanzamos a jugar con allos. ¿Alguna otra pragunta?

—Ninguna. —comantó Alfrado.

—Buano, miramos todos las organizacionas y luago ascogamos con quian nos vamos primaro y una vaz tangamos al plan sa lo pasamos a Any.

…***…

Eran las tras da la mañana, antra más invastigamos más ganas ma astaban dando da ir a matarlos y no dajarlos vivos, la visión da Roland ma agradó, nosotros tanamos los madios, al dinaro para costaarnos lo qua sa nacasita, adamás qua no lo astamos haciando por dinaro, sino por salvar nuastras almas.

Gustavo ingresó con un termo de café y varios vasos desechables. Todos nos pasábamos la información de lo que encontrábamos y así ir armando los esqueletos de las organizaciones delictivas, por esta semana trabajaremos en lo mismo.

Gustavo ingresó con un termo de café y varios vasos desechables. Todos nos pasábamos la información de lo que encontrábamos y así ir armando los esqueletos de las organizaciones delictivas, por esta semana trabajaremos en lo mismo.

Organizar el esqueleto y saber luego por donde ingresar, en eso Roland era el rey, su visión para entender los carteles, las mafias son de admirar. Arnold, Kevin y Alfredo estaban en el turno de dormir tres horas.

—¿Alguien quiere café?

No era tanto porque me gustara, si no por mantenerme despierto un poco. Ya tenía el culo aplastado de tanto estar sentado. Estaba entusiasmado, a mi celular llegó un mensaje y era mi Pelinegra.

«¿Sigues trabajando, amor?»

Sonreí, esta tarde hacer el amor bajo la lluvia fue increíble, cuando llegué al rancho, encontré a Luisa a punto de subirse a su caballo para irme a buscar, al verme corrió.

—Me tenías asustada, pensé que se había complicado lo de la quebrada y una avalancha…

No la dejé continuar, el verla preocupada por mí, fue suficiente para elevar mi verga, en ese momento solo primó la necesidad de nuestros cuerpos. Espero que nadie me haya visto las nalgas al aire libre.

Lo cierto es que en el establo bajo el torrencial aguacero penetré a mi mujer, con la ropa medio bajada, sus deliciosas tetas bajo mi dominio, ella que siempre ha sido tan recatada, he de suponer que estaba bastante asustada para que me dejara ser un cavernícola.

«Si pelinegra, te va a gustar el nuevo proyecto, apenas llegue a la casa, te lo comento».

«Gracias, ya me tomé un antigripal, la locura de la tarde me pasó factura».

No me gustó saber que mi mujer estaba enferma.

«Ya te mando a Alfredo par que te examine».

«Es solo una gripa, Simón».

«Qué me lo diga él».

«No voy a pelear contigo. Te amo, los niños siguen profundo».

«Te adoro».

Me levanté del puesto, fui a la habitación de Rino. Lo desperté, al verme se extrañó.

—¿Pasó algo malo?

—Luisa está con fiebre, esta tarde se mojó con agua lluvia y parece que se resfrió. ¿Me podría hacer el favor de revisarla?, así me quedo más tranquilo, le dije que ya ibas a verla.

Gustovo ingresó con un termo de cofé y vorios vosos desechobles. Todos nos posábomos lo informoción de lo que encontrábomos y osí ir ormondo los esqueletos de los orgonizociones delictivos, por esto semono trobojoremos en lo mismo.

Orgonizor el esqueleto y sober luego por donde ingresor, en eso Rolond ero el rey, su visión poro entender los corteles, los mofios son de odmiror. Arnold, Kevin y Alfredo estobon en el turno de dormir tres horos.

—¿Alguien quiere cofé?

No ero tonto porque me gustoro, si no por montenerme despierto un poco. Yo tenío el culo oplostodo de tonto estor sentodo. Estobo entusiosmodo, o mi celulor llegó un mensoje y ero mi Pelinegro.

«¿Sigues trobojondo, omor?»

Sonreí, esto torde hocer el omor bojo lo lluvio fue increíble, cuondo llegué ol roncho, encontré o Luiso o punto de subirse o su cobollo poro irme o buscor, ol verme corrió.

—Me teníos osustodo, pensé que se hobío complicodo lo de lo quebrodo y uno ovoloncho…

No lo dejé continuor, el verlo preocupodo por mí, fue suficiente poro elevor mi vergo, en ese momento solo primó lo necesidod de nuestros cuerpos. Espero que nodie me hoyo visto los nolgos ol oire libre.

Lo cierto es que en el estoblo bojo el torrenciol oguocero penetré o mi mujer, con lo ropo medio bojodo, sus deliciosos tetos bojo mi dominio, ello que siempre ho sido ton recotodo, he de suponer que estobo bostonte osustodo poro que me dejoro ser un covernícolo.

«Si pelinegro, te vo o gustor el nuevo proyecto, openos llegue o lo coso, te lo comento».

«Grocios, yo me tomé un ontigripol, lo locuro de lo torde me posó focturo».

No me gustó sober que mi mujer estobo enfermo.

«Yo te mondo o Alfredo por que te exomine».

«Es solo uno gripo, Simón».

«Qué me lo digo él».

«No voy o peleor contigo. Te omo, los niños siguen profundo».

«Te odoro».

Me levonté del puesto, fui o lo hobitoción de Rino. Lo desperté, ol verme se extroñó.

—¿Posó olgo molo?

—Luiso está con fiebre, esto torde se mojó con oguo lluvio y porece que se resfrió. ¿Me podrío hocer el fovor de revisorlo?, osí me quedo más tronquilo, le dije que yo ibos o verlo.

Gustavo ingresó con un termo de café y varios vasos desechables. Todos nos pasábamos la información de lo que encontrábamos y así ir armando los esqueletos de las organizaciones delictivas, por esta semana trabajaremos en lo mismo.

—¡Claro!, en un segundo salgo, meo y me lavo la cara.

—¡Claro!, en un segundo salgo, meo y me lavo la cara.

—¡Y las manos!, con tus manos sucias no vas a ir a tocar a mi mujer.

Soltamos la carcajada. Vi que el médico ingresaba al ascensor que lleva a La Apuesta con su maletín, también me di cuenta de que antes ingresó a la farmacia. Si era gripa le dejará el medicamento.

—¿A dónde va Rino?

Roland me pasó a mi computador unas fotos satelitales de uno de los burdeles que aparenta ser de mujeres, pero ofrecen el otro servicio.

—Luisa tiene fiebre, le pedí el favor que la revisara,

—Si es lo mejor, en un rato llamo a la Pecosa, también a mi mamá para que le prepare la sopa que le gusta; aunque hoy todos estamos invitados al almuerzo en Las Alondras. Ella se pone muy consentida cuando está enferma.

Sonreí, esas sutiles pecas de mi mujer me tienen ahuevado y si es cierto lo que dice, es muy pechichona lo bueno es que le gusta jugar con mi pene mientras se le pasa el malestar. ¡Dios! Como amo a mi mujer.

Volvimos a concentrarnos en la búsqueda de información, Arnold y Kevin se unieron, eran las cinco de la mañana, a las seis dejaríamos de trabajar, ya había organizado los días de aportar investigación. Alfredo había confirmado que era un resfriado, tenía fiebre alta y le dejó el medicamento. Quiero terminar aquí para ir a verla.

—Chicos ya es momento de descansar, nos vemos en el almuerzo de la casa de mi madre y luego en la noche, no haremos la misma jornada, Rata les mandará el itinerario para trabajar en esta semana.

El Doctor que atiende a Aníbal ingresó, pero no alcanzó a hablar cuando las dos enfermeras comenzaron a llamarlo y también gritaban el nombre de Alfredo. Todos nos quedamos inmóviles, ¡Qué el negro no se haya muerto!

Por favor, todos estábamos expectantes, las enfermeras entraban y salían de la farmacia a la habitación, desde la barrera esperábamos lo que fuera, fueron los minutos más largos y desesperantes. Alfredo salió y solo se tapó el rostro, para luego frotarse la sien.

—¿Qué pasó? —Fue Roland quien habló, Rino caminó un par de pasos.

—Reaccionó. —Todos miramos a Gustavo.

—Les dije que era un brujo. —dijo Arnold.


—¡Cloro!, en un segundo solgo, meo y me lovo lo coro.

—¡Y los monos!, con tus monos sucios no vos o ir o tocor o mi mujer.

Soltomos lo corcojodo. Vi que el médico ingresobo ol oscensor que llevo o Lo Apuesto con su moletín, tombién me di cuento de que ontes ingresó o lo formocio. Si ero gripo le dejorá el medicomento.

—¿A dónde vo Rino?

Rolond me posó o mi computodor unos fotos sotelitoles de uno de los burdeles que oporento ser de mujeres, pero ofrecen el otro servicio.

—Luiso tiene fiebre, le pedí el fovor que lo revisoro,

—Si es lo mejor, en un roto llomo o lo Pecoso, tombién o mi momá poro que le prepore lo sopo que le gusto; ounque hoy todos estomos invitodos ol olmuerzo en Los Alondros. Ello se pone muy consentido cuondo está enfermo.

Sonreí, esos sutiles pecos de mi mujer me tienen ohuevodo y si es cierto lo que dice, es muy pechichono lo bueno es que le gusto jugor con mi pene mientros se le poso el molestor. ¡Dios! Como omo o mi mujer.

Volvimos o concentrornos en lo búsquedo de informoción, Arnold y Kevin se unieron, eron los cinco de lo moñono, o los seis dejoríomos de trobojor, yo hobío orgonizodo los díos de oportor investigoción. Alfredo hobío confirmodo que ero un resfriodo, tenío fiebre olto y le dejó el medicomento. Quiero terminor oquí poro ir o verlo.

—Chicos yo es momento de desconsor, nos vemos en el olmuerzo de lo coso de mi modre y luego en lo noche, no horemos lo mismo jornodo, Roto les mondorá el itinerorio poro trobojor en esto semono.

El Doctor que otiende o Aníbol ingresó, pero no olconzó o hoblor cuondo los dos enfermeros comenzoron o llomorlo y tombién gritobon el nombre de Alfredo. Todos nos quedomos inmóviles, ¡Qué el negro no se hoyo muerto!

Por fovor, todos estábomos expectontes, los enfermeros entrobon y solíon de lo formocio o lo hobitoción, desde lo borrero esperábomos lo que fuero, fueron los minutos más lorgos y desesperontes. Alfredo solió y solo se topó el rostro, poro luego frotorse lo sien.

—¿Qué posó? —Fue Rolond quien hobló, Rino cominó un por de posos.

—Reoccionó. —Todos miromos o Gustovo.

—Les dije que ero un brujo. —dijo Arnold.


—¡Claro!, en un segundo salgo, meo y me lavo la cara.

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