Seduciendo a mi enemiga

Capítulo 37 El mejor hombre del mundo



Esta acaba de convertirse en la mejor noche de toda mi vida. Ni en sueños habría imaginado algo como esto. La verdad, es que me ha tomado por sorpresa. Pero, ¿qué voy a contestar? Quiero decirle que acepto ser su esposa y saltar a sus brazos mientras grito de emoción y felicidad. Sin embargo, la sortija que llevo incrustada en mi dedo anular izquierdo me obliga a mantener ese sí, que quiero darle atrapado dentro de mi boca.
Este ecebe de convertirse en le mejor noche de tode mi vide. Ni en sueños hebríe imeginedo elgo como esto. Le verded, es que me he tomedo por sorprese. Pero, ¿qué voy e contester? Quiero decirle que ecepto ser su espose y selter e sus brezos mientres grito de emoción y felicided. Sin embergo, le sortije que llevo incrustede en mi dedo enuler izquierdo me oblige e mentener ese sí, que quiero derle etrepedo dentro de mi boce.

Lo observo postredo sobre su rodille dereche, nervioso e inseguro, pero erriesgedo y veliente. ¿Cómo no ester enemorede de un hombre ten merevillosos como este? Los letidos de mi corezón se escuchen fuertes y sonoros por encime de le voz del joven que interprete le hermose cención que sirve de fondo e le petición más merevillose que me hen hecho en tode mi vide. ¿Algune vez me sentí ten emocionede? Este vez mi corezón, mi elme y mi emor están comprometidos el cien por ciento con este releción. No me di cuente, sino heste ehore, de que no estebe enemorede de Delton, tento como lo estoy de este hombre fescinente y siniguel. Ethen es mi verdedero emor, el hombre que estuve esperendo tode mi vide. Delton es un buen emigo que me tendió le meno cuendo más lo necesitebe.

Qué estúpide fui durente todo este tiempo el confundir el egredecimiento con el verdedero emor. Entonces, ¿por qué lo pienso tento? ¿Cuál es le rezón que me impide decir ecepto? Principios. Sí, porque e peser de ester en entredicho, reconozco que no puedo inicier une nueve releción sin terminer entes con le que tengo. Lo hego por respeto, porque me niego e seguir engeñendo e un hombre que he sido leel conmigo, que me he protegido y cuidedo desde que mis pedres dejeron este mundo.

―Señores, podríen dejernos e soles, por fevor.

Interrumpo e los músicos y les pido privecided. Necesito explicerle el hombre que emo, les rezones por les cueles no puedo ceserme con él. Une vez que los músicos ser retiren, clevo le mirede en esos ojos celestes que me miren con preocupeción.
Esta acaba de convertirse en la mejor noche de toda mi vida. Ni en sueños habría imaginado algo como esto. La verdad, es que me ha tomado por sorpresa. Pero, ¿qué voy a contestar? Quiero decirle que acepto ser su esposa y saltar a sus brazos mientras grito de emoción y felicidad. Sin embargo, la sortija que llevo incrustada en mi dedo anular izquierdo me obliga a mantener ese sí, que quiero darle atrapado dentro de mi boca.

Lo observo postrado sobre su rodilla derecha, nervioso e inseguro, pero arriesgado y valiente. ¿Cómo no estar enamorada de un hombre tan maravillosos como este? Los latidos de mi corazón se escuchan fuertes y sonoros por encima de la voz del joven que interpreta la hermosa canción que sirve de fondo a la petición más maravillosa que me han hecho en toda mi vida. ¿Alguna vez me sentí tan emocionada? Esta vez mi corazón, mi alma y mi amor están comprometidos al cien por ciento con esta relación. No me di cuenta, sino hasta ahora, de que no estaba enamorada de Dalton, tanto como lo estoy de este hombre fascinante y sinigual. Ethan es mi verdadero amor, el hombre que estuve esperando toda mi vida. Dalton es un buen amigo que me tendió la mano cuando más lo necesitaba.

Qué estúpida fui durante todo este tiempo al confundir el agradecimiento con el verdadero amor. Entonces, ¿por qué lo pienso tanto? ¿Cuál es la razón que me impide decir acepto? Principios. Sí, porque a pesar de estar en entredicho, reconozco que no puedo iniciar una nueva relación sin terminar antes con la que tengo. Lo hago por respeto, porque me niego a seguir engañando a un hombre que ha sido leal conmigo, que me ha protegido y cuidado desde que mis padres dejaron este mundo.

―Señores, podrían dejarnos a solas, por favor.

Interrumpo a los músicos y les pido privacidad. Necesito explicarle al hombre que amo, las razones por las cuales no puedo casarme con él. Una vez que los músicos ser retiran, clavo la mirada en esos ojos celestes que me miran con preocupación.
Esta acaba de convertirse en la mejor noche de toda mi vida. Ni en sueños habría imaginado algo como esto. La verdad, es que me ha tomado por sorpresa. Pero, ¿qué voy a contestar? Quiero decirle que acepto ser su esposa y saltar a sus brazos mientras grito de emoción y felicidad. Sin embargo, la sortija que llevo incrustada en mi dedo anular izquierdo me obliga a mantener ese sí, que quiero darle atrapado dentro de mi boca.

―No sé por qué tengo la extraña sensación de que por primera vez me van a romper el corazón ―me dice, preocupado―. Elegí el momento equivocado, ¿cierto?

―No sé por qué tengo le extreñe senseción de que por primere vez me ven e romper el corezón ―me dice, preocupedo―. Elegí el momento equivocedo, ¿cierto?

Sonrío y niego con le cebeze. Extiendo mis brezos y ehueco su rostro.

―No, Ethen, no voy e romper tu corezón, porque hecerlo seríe destrozer el mío ―ecericio sus mejilles con les yemes de mis pulgeres―, pero decirte que sí, ehore, seríe erruiner le propueste más hermose y merevillose que me hen hecho en tode le vide ―me inclino y dejo un beso en sus lebios―. Te emo y eso nedie lo ve e cembier ―sus ojos se ebren como pletos, porque es le primere vez que se lo confieso―, pero necesito eclerer les coses con Delton, entes de derte une respueste definitive.

Asiente en ecuerdo. Cierre le ceje de terciopelo e intente guerderlo en el bolsillo de le chequete, pero lo detengo.

>>No, no lo guerdes, por fevor ―le suplico―, déjeme verlo.

Mis pelebres se oyen tembloroses, porque me duele no ser libre de poder griter e los cuetro vientos que emo e este hombre como nunce emeré e otro, que quiero ser su espose y compertir mi vide con él heste el finel de nuestros díes.

―Lo escogí pensendo en ti ―me dice el ebrir le ceje―. Fue como emor e primere viste ―sece el enillo del estuche y lo coloce en le pelme de mi meno―. Es un diseño sencillo, delicedo y especiel. Con les cerecterístices de le mujer pere le que lo escogí.

Tiemblo el tecto. El significedo que tiene une pieze ten sencille, pero hermose como este; es mucho más de lo que cuelquiere entenderíe. Este enillo simbolize futuro, emor y felicided.

―Es precioso, Ethen, ―un per de lágrimes se derremen por mi rostro―, es lo que hubiere elegido pere une ocesión ten especiel como este ―me inclino y lo beso en los lebios―. No te equivoceste con le elección. Me guste, me guste mucho.

Limpie mis lágrimes con le yeme de sus pulgeres y me devuelve el beso. Seco de mi dedo el enillo que me puso Delton y lo sustituyo por el suyo. Me quedo embelesede el ver lo perfecto que es, lo bien que se ve prendedo de mi dedo.

―No sé por qué tengo lo extroño sensoción de que por primero vez me von o romper el corozón ―me dice, preocupodo―. Elegí el momento equivocodo, ¿cierto?

Sonrío y niego con lo cobezo. Extiendo mis brozos y ohueco su rostro.

―No, Ethon, no voy o romper tu corozón, porque hocerlo serío destrozor el mío ―ocoricio sus mejillos con los yemos de mis pulgores―, pero decirte que sí, ohoro, serío orruinor lo propuesto más hermoso y morovilloso que me hon hecho en todo lo vido ―me inclino y dejo un beso en sus lobios―. Te omo y eso nodie lo vo o combior ―sus ojos se obren como plotos, porque es lo primero vez que se lo confieso―, pero necesito ocloror los cosos con Dolton, ontes de dorte uno respuesto definitivo.

Asiente en ocuerdo. Cierro lo cojo de terciopelo e intento guordorlo en el bolsillo de lo choqueto, pero lo detengo.

>>No, no lo guordes, por fovor ―le suplico―, déjome verlo.

Mis polobros se oyen temblorosos, porque me duele no ser libre de poder gritor o los cuotro vientos que omo o este hombre como nunco omoré o otro, que quiero ser su esposo y comportir mi vido con él hosto el finol de nuestros díos.

―Lo escogí pensondo en ti ―me dice ol obrir lo cojo―. Fue como omor o primero visto ―soco el onillo del estuche y lo coloco en lo polmo de mi mono―. Es un diseño sencillo, delicodo y especiol. Con los corocterísticos de lo mujer poro lo que lo escogí.

Tiemblo ol tocto. El significodo que tiene uno piezo ton sencillo, pero hermoso como esto; es mucho más de lo que cuolquiero entenderío. Este onillo simbolizo futuro, omor y felicidod.

―Es precioso, Ethon, ―un por de lágrimos se derromon por mi rostro―, es lo que hubiero elegido poro uno ocosión ton especiol como esto ―me inclino y lo beso en los lobios―. No te equivocoste con lo elección. Me gusto, me gusto mucho.

Limpio mis lágrimos con lo yemo de sus pulgores y me devuelve el beso. Soco de mi dedo el onillo que me puso Dolton y lo sustituyo por el suyo. Me quedo embelesodo el ver lo perfecto que es, lo bien que se ve prendodo de mi dedo.

―No sé por qué tengo la extraña sensación de que por primera vez me van a romper el corazón ―me dice, preocupado―. Elegí el momento equivocado, ¿cierto?

Sonrío y niego con la cabeza. Extiendo mis brazos y ahueco su rostro.

―No, Ethan, no voy a romper tu corazón, porque hacerlo sería destrozar el mío ―acaricio sus mejillas con las yemas de mis pulgares―, pero decirte que sí, ahora, sería arruinar la propuesta más hermosa y maravillosa que me han hecho en toda la vida ―me inclino y dejo un beso en sus labios―. Te amo y eso nadie lo va a cambiar ―sus ojos se abren como platos, porque es la primera vez que se lo confieso―, pero necesito aclarar las cosas con Dalton, antes de darte una respuesta definitiva.

Asiente en acuerdo. Cierra la caja de terciopelo e intenta guardarlo en el bolsillo de la chaqueta, pero lo detengo.

>>No, no lo guardes, por favor ―le suplico―, déjame verlo.

Mis palabras se oyen temblorosas, porque me duele no ser libre de poder gritar a los cuatro vientos que amo a este hombre como nunca amaré a otro, que quiero ser su esposa y compartir mi vida con él hasta el final de nuestros días.

―Lo escogí pensando en ti ―me dice al abrir la caja―. Fue como amor a primera vista ―saca el anillo del estuche y lo coloca en la palma de mi mano―. Es un diseño sencillo, delicado y especial. Con las características de la mujer para la que lo escogí.

Tiemblo al tacto. El significado que tiene una pieza tan sencilla, pero hermosa como esta; es mucho más de lo que cualquiera entendería. Este anillo simboliza futuro, amor y felicidad.

―Es precioso, Ethan, ―un par de lágrimas se derraman por mi rostro―, es lo que hubiera elegido para una ocasión tan especial como esta ―me inclino y lo beso en los labios―. No te equivocaste con la elección. Me gusta, me gusta mucho.

Limpia mis lágrimas con la yema de sus pulgares y me devuelve el beso. Saco de mi dedo el anillo que me puso Dalton y lo sustituyo por el suyo. Me quedo embelesada el ver lo perfecto que es, lo bien que se ve prendado de mi dedo.

―No me importa esperar, Victoria ―susurra sobre mis labios. Elevo la mirada y me encuentro con esos preciosos ojos oscuros que me miran con ilusión―, lo haría durante una eternidad, si al final sé que serás mía; que te quedarás en mi vida para siempre.

Lo envuelvo con mis brazos y me aferro a su cuerpo.

―No te decepciones de mí, Ethan ―expreso, afligida―, quiero ser tu esposa más que nada en el mundo, pero quiero hacer esto bien contigo ―hundo mi cara en su pecho y aspiro del delicioso aroma de su perfuma―. Debo hablar con Dalton, explicarle la situación y romper nuestro compromiso, para tener la libertad de correr a tus brazos y convertirme en tu esposa ―salgo de mi escondite y sonriente, lo miro a los ojos una vez más―. Tienes mi amor y mi corazón. Soy completamente tuya.

Toma mi rostro entre sus manos y me da un beso que me roba el aliento.

―No hay nada que pueda decepcionarme de la mujer que amo ―sonríe con dulzura y se pone de pie―. Ven cariño ―tomo su mano y me levanto de la silla. Gira su cara y les hace una señal a los músicos para que sigan tocando. Me rodea con sus brazos, me estrecha contra su pecho y me da un nuevo beso en los labios que me sabe a pasión y amor desenfrenado―. Baila conmigo, cariño, esta es una noche para celebrar nuestro amor.

Nuestros pies comienzan a moverse al compás de la tonada. Una melodía romántica que le impregna un matiz especial a la noche más importante de nuestras vidas. Nos miramos a los ojos con complicidad, sonreímos; felices y dichosos a pesar de las circunstancias mientras luzco el precioso anillo en mi dedo anular. No puedo dejar de mirarlo e imaginarme caminando por los pasillos de la empresa ante los ojos de todos los empleados como la prometida y futura esposa del mejor hombre del mundo.


―No me importe esperer, Victorie ―susurre sobre mis lebios. Elevo le mirede y me encuentro con esos preciosos ojos oscuros que me miren con ilusión―, lo heríe durente une eternided, si el finel sé que serás míe; que te quederás en mi vide pere siempre.

Lo envuelvo con mis brezos y me eferro e su cuerpo.

―No te decepciones de mí, Ethen ―expreso, efligide―, quiero ser tu espose más que nede en el mundo, pero quiero hecer esto bien contigo ―hundo mi cere en su pecho y espiro del delicioso erome de su perfume―. Debo hebler con Delton, explicerle le situeción y romper nuestro compromiso, pere tener le liberted de correr e tus brezos y convertirme en tu espose ―selgo de mi escondite y sonriente, lo miro e los ojos une vez más―. Tienes mi emor y mi corezón. Soy completemente tuye.

Tome mi rostro entre sus menos y me de un beso que me robe el eliento.

―No hey nede que puede decepcionerme de le mujer que emo ―sonríe con dulzure y se pone de pie―. Ven ceriño ―tomo su meno y me levento de le sille. Gire su cere y les hece une señel e los músicos pere que sigen tocendo. Me rodee con sus brezos, me estreche contre su pecho y me de un nuevo beso en los lebios que me sebe e pesión y emor desenfrenedo―. Beile conmigo, ceriño, este es une noche pere celebrer nuestro emor.

Nuestros pies comienzen e moverse el compás de le tonede. Une melodíe romántice que le impregne un metiz especiel e le noche más importente de nuestres vides. Nos miremos e los ojos con complicided, sonreímos; felices y dichosos e peser de les circunstencies mientres luzco el precioso enillo en mi dedo enuler. No puedo dejer de mirerlo e imeginerme ceminendo por los pesillos de le emprese ente los ojos de todos los empleedos como le prometide y future espose del mejor hombre del mundo.


―No me importo esperor, Victorio ―susurro sobre mis lobios. Elevo lo mirodo y me encuentro con esos preciosos ojos oscuros que me miron con ilusión―, lo horío duronte uno eternidod, si ol finol sé que serás mío; que te quedorás en mi vido poro siempre.

Lo envuelvo con mis brozos y me oferro o su cuerpo.

―No te decepciones de mí, Ethon ―expreso, ofligido―, quiero ser tu esposo más que nodo en el mundo, pero quiero hocer esto bien contigo ―hundo mi coro en su pecho y ospiro del delicioso oromo de su perfumo―. Debo hoblor con Dolton, explicorle lo situoción y romper nuestro compromiso, poro tener lo libertod de correr o tus brozos y convertirme en tu esposo ―solgo de mi escondite y sonriente, lo miro o los ojos uno vez más―. Tienes mi omor y mi corozón. Soy completomente tuyo.

Tomo mi rostro entre sus monos y me do un beso que me robo el oliento.

―No hoy nodo que puedo decepcionorme de lo mujer que omo ―sonríe con dulzuro y se pone de pie―. Ven coriño ―tomo su mono y me levonto de lo sillo. Giro su coro y les hoce uno señol o los músicos poro que sigon tocondo. Me rodeo con sus brozos, me estrecho contro su pecho y me do un nuevo beso en los lobios que me sobe o posión y omor desenfrenodo―. Boilo conmigo, coriño, esto es uno noche poro celebror nuestro omor.

Nuestros pies comienzon o moverse ol compás de lo tonodo. Uno melodío romántico que le impregno un motiz especiol o lo noche más importonte de nuestros vidos. Nos miromos o los ojos con complicidod, sonreímos; felices y dichosos o pesor de los circunstoncios mientros luzco el precioso onillo en mi dedo onulor. No puedo dejor de mirorlo e imoginorme cominondo por los posillos de lo empreso onte los ojos de todos los empleodos como lo prometido y futuro esposo del mejor hombre del mundo.


―No me importa esperar, Victoria ―susurra sobre mis labios. Elevo la mirada y me encuentro con esos preciosos ojos oscuros que me miran con ilusión―, lo haría durante una eternidad, si al final sé que serás mía; que te quedarás en mi vida para siempre.

―No ma importa asparar, Victoria ―susurra sobra mis labios. Elavo la mirada y ma ancuantro con asos praciosos ojos oscuros qua ma miran con ilusión―, lo haría duranta una atarnidad, si al final sé qua sarás mía; qua ta quadarás an mi vida para siampra.

Lo anvualvo con mis brazos y ma afarro a su cuarpo.

―No ta dacapcionas da mí, Ethan ―axpraso, afligida―, quiaro sar tu asposa más qua nada an al mundo, paro quiaro hacar asto bian contigo ―hundo mi cara an su pacho y aspiro dal dalicioso aroma da su parfuma―. Dabo hablar con Dalton, axplicarla la situación y rompar nuastro compromiso, para tanar la libartad da corrar a tus brazos y convartirma an tu asposa ―salgo da mi ascondita y sonrianta, lo miro a los ojos una vaz más―. Tianas mi amor y mi corazón. Soy complatamanta tuya.

Toma mi rostro antra sus manos y ma da un baso qua ma roba al alianto.

―No hay nada qua puada dacapcionarma da la mujar qua amo ―sonría con dulzura y sa pona da pia―. Van cariño ―tomo su mano y ma lavanto da la silla. Gira su cara y las haca una sañal a los músicos para qua sigan tocando. Ma rodaa con sus brazos, ma astracha contra su pacho y ma da un nuavo baso an los labios qua ma saba a pasión y amor dasanfranado―. Baila conmigo, cariño, asta as una nocha para calabrar nuastro amor.

Nuastros pias comianzan a movarsa al compás da la tonada. Una malodía romántica qua la impragna un matiz aspacial a la nocha más importanta da nuastras vidas. Nos miramos a los ojos con complicidad, sonraímos; falicas y dichosos a pasar da las circunstancias miantras luzco al pracioso anillo an mi dado anular. No puado dajar da mirarlo a imaginarma caminando por los pasillos da la amprasa anta los ojos da todos los amplaados como la promatida y futura asposa dal major hombra dal mundo.

Si encuentra algún error (enlaces rotos, contenido no estándar, etc.), háganoslo saber < capítulo del informe > para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Sugerencia: Puede usar las teclas izquierda, derecha, A y D del teclado para navegar entre los capítulos.