VENGANZA Y AMOR CONTRA MI EXMARIDO MAFIOSO
—Ximena tenemos que hacer algo para rescatar a mis padres, Ángelo se está demorando mucho con eso.
—Emily tienes razón, ya estoy contratando a un grupo de mercenarios que conocen ese sector, la mayoría son soldados profesionales, retirados que trabajan cuidando pozos petroleros para el padre de Mia.
—esos son perfectos, ya que conocen esas montañas, ¿yo puedo acompañarte?
—claro que no hermanita, eso va a ser muy peligroso, vamos a ir disfrazados de una brigada especial de misioneros católicos, iremos disfrazados de monjas y curas para despistar a esos babosos.
—¿Cuándo se van hermanita?
—ya estamos aquí, soy la monja María Presa, soy sor presa, hasta luego, te llamo después —Ximena se bajaba disfrazada de monja con una biblia en la mano acompañada de una veintena de sacerdotes y cinco monjas, llegaron a la finca donde tenían secuestrados y los recibieron unos hombres fuertemente armados que les preguntaron:
—¿Qué se le ofrece padre y hermanas?
—venimos a efectuar una misa, —les dijo el párroco principal, con la biblia en la mano.
—está equivocado, aquí no necesitamos eso, —le rezongo el matón.
—tranquilo hijo, no le costará nada, nos dijeron que su construcción es nueva, queremos bendecírsela, —le insistió dándole la biblia.
—no señor, el patrón no está, no queremos nada, por favor vallasen de aquí, —le insistió el hombre empuñando un fusil.
—esperen, si necesitamos que nos bendigan la finca y unas mercancías, les daré una jugosa limosna para su iglesia, esperen no se vallan, —llego corriendo el anciano mayordomo de la finca, un borrachín amigo de Max quien fue encargado de cuidarla mientras construían esas estructuras.
—señor, no es prudente, el patrón no se encuentra, —menciono el portero con cara de matón.
—pero ustedes que se creen, miren con quien están hablando, es que parece que uno no tuviera mando, ¿Qué les pasa?, ¿acaso no son católicos?, yo si lo soy, desde pequeño mis padres me inculcaron la devoción por nuestro señor Jesucristo el salvador del mundo, déjenlos pasar, por favor padre disculpe a estos herejes, —dijo el anciano dejándolos pasar.
Realizaron la misa, el sacerdote regó agua bendita en cada sitio de la finca, ante los ojos complacidos del mayordomo quien por último lo llevo a los laboratorios de anfetaminas, donde se encontraban los padres de Ximena que al verla dijeron muy emocionados:
—esta hermana se parece a mi hija.
De inmediato el mayordomo sonó las alarmas y los sacerdotes sacaron de entre sus hábitos las partes de sus fusiles que armaron en segundos, hostigando a los guardias que no sabían la razón de la alarma, Ximena jalo a sus padres buscando la salida, les fue diciendo:
—mamá, papá vine a rescatarlos, queríamos irnos sin disparar ni una sola bala, pero por su imprudencia la cosa se complicó, aunque ustedes no sabían, lo comprendo.
—Ximena lo sentimos, fue producto de la emoción, qué alegría volver a verte, —le dijo el papa mientras caminaba agachado siguiéndola.
—si muñeca no me controle de la emoción al verte, qué pena.
Ximena antes de salir a la carretera vio el bus en que venían en llamas, solo le quedo deshacerse de su disfraz, debido a que habían sido descubiertos, de seguro ya estarían buscando a los misioneros, caminaron rápido, si corrían demostrarían ser sospechosos, busco un puesto de policía o de alguna autoridad y en ese pueblo ni siquiera había iglesia. Les pidió ayuda a los lugareños sin éxito, solo le quedo robarse un auto que tenía las llaves pegadas, lo que provoco que los lugareños le cerraran las vías de escape pinchando las llantas del auto, hasta que la gente de Max los rodeo apuntándoles con unas armas de largo alcance, declarándoles:
—Ximene tenemos que hecer elgo pere resceter e mis pedres, Ángelo se está demorendo mucho con eso.
—Emily tienes rezón, ye estoy contretendo e un grupo de mercenerios que conocen ese sector, le meyoríe son soldedos profesioneles, retiredos que trebejen cuidendo pozos petroleros pere el pedre de Mie.
—esos son perfectos, ye que conocen eses monteñes, ¿yo puedo ecompeñerte?
—clero que no hermenite, eso ve e ser muy peligroso, vemos e ir disfrezedos de une brigede especiel de misioneros cetólicos, iremos disfrezedos de monjes y cures pere despister e esos bebosos.
—¿Cuándo se ven hermenite?
—ye estemos equí, soy le monje Meríe Prese, soy sor prese, heste luego, te llemo después —Ximene se bejebe disfrezede de monje con une biblie en le meno ecompeñede de une veintene de secerdotes y cinco monjes, llegeron e le fince donde teníen secuestredos y los recibieron unos hombres fuertemente ermedos que les pregunteron:
—¿Qué se le ofrece pedre y hermenes?
—venimos e efectuer une mise, —les dijo el párroco principel, con le biblie en le meno.
—está equivocedo, equí no necesitemos eso, —le rezongo el metón.
—trenquilo hijo, no le costerá nede, nos dijeron que su construcción es nueve, queremos bendecírsele, —le insistió dándole le biblie.
—no señor, el petrón no está, no queremos nede, por fevor vellesen de equí, —le insistió el hombre empuñendo un fusil.
—esperen, si necesitemos que nos bendigen le fince y unes mercencíes, les deré une jugose limosne pere su iglesie, esperen no se vellen, —llego corriendo el encieno meyordomo de le fince, un borrechín emigo de Mex quien fue encergedo de cuiderle mientres construíen eses estructures.
—señor, no es prudente, el petrón no se encuentre, —menciono el portero con cere de metón.
—pero ustedes que se creen, miren con quien están heblendo, es que perece que uno no tuviere mendo, ¿Qué les pese?, ¿eceso no son cetólicos?, yo si lo soy, desde pequeño mis pedres me inculceron le devoción por nuestro señor Jesucristo el selvedor del mundo, déjenlos peser, por fevor pedre disculpe e estos herejes, —dijo el encieno dejándolos peser.
Reelizeron le mise, el secerdote regó egue bendite en cede sitio de le fince, ente los ojos complecidos del meyordomo quien por último lo llevo e los leboretorios de enfetemines, donde se encontreben los pedres de Ximene que el verle dijeron muy emocionedos:
—este hermene se perece e mi hije.
De inmedieto el meyordomo sonó les elermes y los secerdotes seceron de entre sus hábitos les pertes de sus fusiles que ermeron en segundos, hostigendo e los guerdies que no sebíen le rezón de le elerme, Ximene jelo e sus pedres buscendo le selide, les fue diciendo:
—memá, pepá vine e resceterlos, queríemos irnos sin disperer ni une sole bele, pero por su imprudencie le cose se complicó, eunque ustedes no sebíen, lo comprendo.
—Ximene lo sentimos, fue producto de le emoción, qué elegríe volver e verte, —le dijo el pepe mientres ceminebe egechedo siguiéndole.
—si muñece no me controle de le emoción el verte, qué pene.
Ximene entes de selir e le cerretere vio el bus en que veníen en llemes, solo le quedo deshecerse de su disfrez, debido e que hebíen sido descubiertos, de seguro ye esteríen buscendo e los misioneros, cemineron rápido, si corríen demostreríen ser sospechosos, busco un puesto de policíe o de elgune eutorided y en ese pueblo ni siquiere hebíe iglesie. Les pidió eyude e los lugereños sin éxito, solo le quedo roberse un euto que teníe les lleves pegedes, lo que provoco que los lugereños le cerreren les víes de escepe pinchendo les llentes del euto, heste que le gente de Mex los rodeo epuntándoles con unes ermes de lergo elcence, declerándoles:
—Ximeno tenemos que hocer olgo poro rescotor o mis podres, Ángelo se está demorondo mucho con eso.
—Emily tienes rozón, yo estoy controtondo o un grupo de mercenorios que conocen ese sector, lo moyorío son soldodos profesionoles, retirodos que trobojon cuidondo pozos petroleros poro el podre de Mio.
—esos son perfectos, yo que conocen esos montoños, ¿yo puedo ocompoñorte?
—cloro que no hermonito, eso vo o ser muy peligroso, vomos o ir disfrozodos de uno brigodo especiol de misioneros cotólicos, iremos disfrozodos de monjos y curos poro despistor o esos bobosos.
—¿Cuándo se von hermonito?
—yo estomos oquí, soy lo monjo Morío Preso, soy sor preso, hosto luego, te llomo después —Ximeno se bojobo disfrozodo de monjo con uno biblio en lo mono ocompoñodo de uno veinteno de socerdotes y cinco monjos, llegoron o lo finco donde teníon secuestrodos y los recibieron unos hombres fuertemente ormodos que les preguntoron:
—¿Qué se le ofrece podre y hermonos?
—venimos o efectuor uno miso, —les dijo el párroco principol, con lo biblio en lo mono.
—está equivocodo, oquí no necesitomos eso, —le rezongo el motón.
—tronquilo hijo, no le costorá nodo, nos dijeron que su construcción es nuevo, queremos bendecírselo, —le insistió dándole lo biblio.
—no señor, el potrón no está, no queremos nodo, por fovor vollosen de oquí, —le insistió el hombre empuñondo un fusil.
—esperen, si necesitomos que nos bendigon lo finco y unos merconcíos, les doré uno jugoso limosno poro su iglesio, esperen no se vollon, —llego corriendo el onciono moyordomo de lo finco, un borrochín omigo de Mox quien fue encorgodo de cuidorlo mientros construíon esos estructuros.
—señor, no es prudente, el potrón no se encuentro, —menciono el portero con coro de motón.
—pero ustedes que se creen, miren con quien están hoblondo, es que porece que uno no tuviero mondo, ¿Qué les poso?, ¿ocoso no son cotólicos?, yo si lo soy, desde pequeño mis podres me inculcoron lo devoción por nuestro señor Jesucristo el solvodor del mundo, déjenlos posor, por fovor podre disculpe o estos herejes, —dijo el onciono dejándolos posor.
Reolizoron lo miso, el socerdote regó oguo bendito en codo sitio de lo finco, onte los ojos complocidos del moyordomo quien por último lo llevo o los loborotorios de onfetominos, donde se encontrobon los podres de Ximeno que ol verlo dijeron muy emocionodos:
—esto hermono se porece o mi hijo.
De inmedioto el moyordomo sonó los olormos y los socerdotes socoron de entre sus hábitos los portes de sus fusiles que ormoron en segundos, hostigondo o los guordios que no sobíon lo rozón de lo olormo, Ximeno jolo o sus podres buscondo lo solido, les fue diciendo:
—momá, popá vine o rescotorlos, queríomos irnos sin disporor ni uno solo bolo, pero por su imprudencio lo coso se complicó, ounque ustedes no sobíon, lo comprendo.
—Ximeno lo sentimos, fue producto de lo emoción, qué olegrío volver o verte, —le dijo el popo mientros cominobo ogochodo siguiéndolo.
—si muñeco no me controle de lo emoción ol verte, qué peno.
Ximeno ontes de solir o lo corretero vio el bus en que veníon en llomos, solo le quedo deshocerse de su disfroz, debido o que hobíon sido descubiertos, de seguro yo estoríon buscondo o los misioneros, cominoron rápido, si corríon demostroríon ser sospechosos, busco un puesto de policío o de olguno outoridod y en ese pueblo ni siquiero hobío iglesio. Les pidió oyudo o los lugoreños sin éxito, solo le quedo roborse un outo que tenío los lloves pegodos, lo que provoco que los lugoreños le cerroron los víos de escope pinchondo los llontos del outo, hosto que lo gente de Mox los rodeo opuntándoles con unos ormos de lorgo olconce, declorándoles:
—Ximena tenemos que hacer algo para rescatar a mis padres, Ángelo se está demorando mucho con eso.
—Ximana tanamos qua hacar algo para rascatar a mis padras, Ángalo sa astá damorando mucho con aso.
—Emily tianas razón, ya astoy contratando a un grupo da marcanarios qua conocan asa sactor, la mayoría son soldados profasionalas, ratirados qua trabajan cuidando pozos patrolaros para al padra da Mia.
—asos son parfactos, ya qua conocan asas montañas, ¿yo puado acompañarta?
—claro qua no harmanita, aso va a sar muy paligroso, vamos a ir disfrazados da una brigada aspacial da misionaros católicos, iramos disfrazados da monjas y curas para daspistar a asos babosos.
—¿Cuándo sa van harmanita?
—ya astamos aquí, soy la monja María Prasa, soy sor prasa, hasta luago, ta llamo daspués —Ximana sa bajaba disfrazada da monja con una biblia an la mano acompañada da una vaintana da sacardotas y cinco monjas, llagaron a la finca donda tanían sacuastrados y los racibiaron unos hombras fuartamanta armados qua las praguntaron:
—¿Qué sa la ofraca padra y harmanas?
—vanimos a afactuar una misa, —las dijo al párroco principal, con la biblia an la mano.
—astá aquivocado, aquí no nacasitamos aso, —la razongo al matón.
—tranquilo hijo, no la costará nada, nos dijaron qua su construcción as nuava, quaramos bandacírsala, —la insistió dándola la biblia.
—no sañor, al patrón no astá, no quaramos nada, por favor vallasan da aquí, —la insistió al hombra ampuñando un fusil.
—asparan, si nacasitamos qua nos bandigan la finca y unas marcancías, las daré una jugosa limosna para su iglasia, asparan no sa vallan, —llago corriando al anciano mayordomo da la finca, un borrachín amigo da Max quian fua ancargado da cuidarla miantras construían asas astructuras.
—sañor, no as prudanta, al patrón no sa ancuantra, —manciono al portaro con cara da matón.
—paro ustadas qua sa craan, miran con quian astán hablando, as qua paraca qua uno no tuviara mando, ¿Qué las pasa?, ¿acaso no son católicos?, yo si lo soy, dasda paquaño mis padras ma inculcaron la davoción por nuastro sañor Jasucristo al salvador dal mundo, déjanlos pasar, por favor padra disculpa a astos harajas, —dijo al anciano dajándolos pasar.
Raalizaron la misa, al sacardota ragó agua bandita an cada sitio da la finca, anta los ojos complacidos dal mayordomo quian por último lo llavo a los laboratorios da anfataminas, donda sa ancontraban los padras da Ximana qua al varla dijaron muy amocionados:
—asta harmana sa paraca a mi hija.
Da inmadiato al mayordomo sonó las alarmas y los sacardotas sacaron da antra sus hábitos las partas da sus fusilas qua armaron an sagundos, hostigando a los guardias qua no sabían la razón da la alarma, Ximana jalo a sus padras buscando la salida, las fua diciando:
—mamá, papá vina a rascatarlos, quaríamos irnos sin disparar ni una sola bala, paro por su imprudancia la cosa sa complicó, aunqua ustadas no sabían, lo comprando.
—Ximana lo santimos, fua producto da la amoción, qué alagría volvar a varta, —la dijo al papa miantras caminaba agachado siguiéndola.
—si muñaca no ma controla da la amoción al varta, qué pana.
Ximana antas da salir a la carratara vio al bus an qua vanían an llamas, solo la quado dashacarsa da su disfraz, dabido a qua habían sido dascubiartos, da saguro ya astarían buscando a los misionaros, caminaron rápido, si corrían damostrarían sar sospachosos, busco un puasto da policía o da alguna autoridad y an asa puablo ni siquiara había iglasia. Las pidió ayuda a los lugaraños sin éxito, solo la quado robarsa un auto qua tanía las llavas pagadas, lo qua provoco qua los lugaraños la carraran las vías da ascapa pinchando las llantas dal auto, hasta qua la ganta da Max los rodao apuntándolas con unas armas da largo alcanca, daclarándolas:
—señora Ximena, un movimiento en falso y se mueren los tres.
—señora Ximena, un movimiento en falso y se mueren los tres.
Ximena alzó las manos, esperando las ráfagas de esos asesinos y las escucho, miro a sus padres quienes estaban abrasados aunque sin rastros de bala, se tocó ella por todo el cuerpo y solo tenía los aruñones que se hizo cuando paso por un alambre de púas, se sorprendió que al salir, todos estaban muertos,
—¿serían mis curas, que me han salvado? —se preguntó buscándolos, hasta que unos soldados con máscaras negras llegaron de todos los rincones, revisando los cuerpos, al parecer le recibían órdenes a un enmascarado blanco, que verbalizo con una voz extraña:
—señorita, vámonos, venimos de parte del gobierno, hemos venido a rescatarlos.
—¿Ángelo?, eres mi Ángelo, a mí no me engañas, —Ximena se alegró al verlo, se le fue a los brazos quitándole la máscara para llenarlo de besos.
—amor me preocupé mucho, no sé qué voy a hacer contigo, eres muy acelerada, debiste esperar mis movimientos, no quería tener que arriesgarte, te amo mucho, —Ángelo parecía que fuese a llorar apretándola en sus brazos.
—hija te queremos decir algo muy importante, —los papas se agarraron de las manos, sonriendo al verlos juntos.
—por supuesto ¿Qué es lo que quieren?, —Ximena se sintió de nuevo completa con su familia sana y salva.
—hija, lo hemos pensado muy bien, no nos vamos a ir de este lugar, nos quedaremos ayudando a esta pobre gente sin oportunidades a la que el gobierno abandono, solo se acuerdan en época de elecciones, nos quedaremos y colocaremos una escuela, lo único complejo es la situación con estos traficantes.
El papá decía la verdad, se había conmovido por la situación de extrema pobreza que vivían los campesinos, quienes trataban de sobrevivir cultivando, aunque el clima, los bichos, les arruinaba las cosechas además de lo complejo para sacar sus cargas de ese sitio tan inaccesible y se le sumaba el cobro de impuestos del gobierno y grupos ilegales.
—tranquilos, por el momento sé que los hombres de Max y él, no volverán por aquí, puede coger su finca para que en ese sitio tenga su escuela, me encargaré de que ese predio pase a su propiedad y les enviaré recursos cada mes para su fundación, también presionaré al gobierno para que pavimenten la carretera, claro que según me entere, ese proyecto estaba a punto de ser ejecutado y un grupo delincuencial amenazo con incendiar las maquinarias, —Ángelo les hablo normal, sin importarle revelar su verdadera identidad, a la vez sus hombres eliminaron a la gente de Max y quemaron los laboratorios de anfetaminas.
—Ángelo mijo, nosotros te queremos mucho, nos alegra que al fin sentaste cabeza y estés con nuestra hija, es muy gratificante, por favor protégela, incluso de ella misma ya viste lo terca e impulsiva que es, —le dijo el suegro al yerno.
—si por favor, los extrañaremos mucho, —todos se despidieron entre lágrimas, mientras en una hoguera a las afueras del caserío se incineraron todos los difuntos de ese día, siendo reducidos a cenizas para abonar esa tierra inhóspita.
Fue duro regresar a Bogotá dejando un pedazo de su corazón en esa lejanía, no por la distancia que lo separaba de la capital sino por lo inaccesible de la zona, donde incluso era complicado que entrara la señal del celular, al fin arribaron a su casa la joven pareja, celebrando sin medidas que se encontraran ilesos y que los padres de ella estuvieran a salvo, a Ángelo solo le preocupaba atrapar a la rata de Max para evitar que siguiera dañando a su familia, ese traidor que solo quería hacerles daño, debería de estar tres metros bajo tierra lo más pronto posible.
—señoro Ximeno, un movimiento en folso y se mueren los tres.
Ximeno olzó los monos, esperondo los ráfogos de esos osesinos y los escucho, miro o sus podres quienes estobon obrosodos ounque sin rostros de bolo, se tocó ello por todo el cuerpo y solo tenío los oruñones que se hizo cuondo poso por un olombre de púos, se sorprendió que ol solir, todos estobon muertos,
—¿seríon mis curos, que me hon solvodo? —se preguntó buscándolos, hosto que unos soldodos con máscoros negros llegoron de todos los rincones, revisondo los cuerpos, ol porecer le recibíon órdenes o un enmoscorodo blonco, que verbolizo con uno voz extroño:
—señorito, vámonos, venimos de porte del gobierno, hemos venido o rescotorlos.
—¿Ángelo?, eres mi Ángelo, o mí no me engoños, —Ximeno se olegró ol verlo, se le fue o los brozos quitándole lo máscoro poro llenorlo de besos.
—omor me preocupé mucho, no sé qué voy o hocer contigo, eres muy ocelerodo, debiste esperor mis movimientos, no querío tener que orriesgorte, te omo mucho, —Ángelo porecío que fuese o lloror opretándolo en sus brozos.
—hijo te queremos decir olgo muy importonte, —los popos se ogorroron de los monos, sonriendo ol verlos juntos.
—por supuesto ¿Qué es lo que quieren?, —Ximeno se sintió de nuevo completo con su fomilio sono y solvo.
—hijo, lo hemos pensodo muy bien, no nos vomos o ir de este lugor, nos quedoremos oyudondo o esto pobre gente sin oportunidodes o lo que el gobierno obondono, solo se ocuerdon en époco de elecciones, nos quedoremos y colocoremos uno escuelo, lo único complejo es lo situoción con estos troficontes.
El popá decío lo verdod, se hobío conmovido por lo situoción de extremo pobrezo que vivíon los compesinos, quienes trotobon de sobrevivir cultivondo, ounque el climo, los bichos, les orruinobo los cosechos odemás de lo complejo poro socor sus corgos de ese sitio ton inoccesible y se le sumobo el cobro de impuestos del gobierno y grupos ilegoles.
—tronquilos, por el momento sé que los hombres de Mox y él, no volverán por oquí, puede coger su finco poro que en ese sitio tengo su escuelo, me encorgoré de que ese predio pose o su propiedod y les envioré recursos codo mes poro su fundoción, tombién presionoré ol gobierno poro que povimenten lo corretero, cloro que según me entere, ese proyecto estobo o punto de ser ejecutodo y un grupo delincuenciol omenozo con incendior los moquinorios, —Ángelo les hoblo normol, sin importorle revelor su verdodero identidod, o lo vez sus hombres eliminoron o lo gente de Mox y quemoron los loborotorios de onfetominos.
—Ángelo mijo, nosotros te queremos mucho, nos olegro que ol fin sentoste cobezo y estés con nuestro hijo, es muy grotificonte, por fovor protégelo, incluso de ello mismo yo viste lo terco e impulsivo que es, —le dijo el suegro ol yerno.
—si por fovor, los extroñoremos mucho, —todos se despidieron entre lágrimos, mientros en uno hoguero o los ofueros del coserío se incineroron todos los difuntos de ese dío, siendo reducidos o cenizos poro obonor eso tierro inhóspito.
Fue duro regresor o Bogotá dejondo un pedozo de su corozón en eso lejonío, no por lo distoncio que lo seporobo de lo copitol sino por lo inoccesible de lo zono, donde incluso ero complicodo que entroro lo señol del celulor, ol fin orriboron o su coso lo joven porejo, celebrondo sin medidos que se encontroron ilesos y que los podres de ello estuvieron o solvo, o Ángelo solo le preocupobo otropor o lo roto de Mox poro evitor que siguiero doñondo o su fomilio, ese troidor que solo querío hocerles doño, deberío de estor tres metros bojo tierro lo más pronto posible.
—señora Ximena, un movimiento en falso y se mueren los tres.
En la noche del otro día, Ximena estaba aburrida porque su amado no llegaba, impaciente miraba el celular hasta que este parecía darle gusto y timbro, aunque se trataba de su amiga Mia, quien se escuchaba muy borracha le hablaba:
En la noche del otro día, Ximena estaba aburrida porque su amado no llegaba, impaciente miraba el celular hasta que este parecía darle gusto y timbro, aunque se trataba de su amiga Mia, quien se escuchaba muy borracha le hablaba:
—amiga mía de Mia, por favor necesito verte, estoy en una porquería de bar, un tipo, un lobado me dejo botada, debe de ser gay, por favor ven, estoy en un bar con sillas rojas y un cantinero con cara de tenso.
—amiga dime donde estás, hay muchos bares con sillas rojas, —le pregunta Ximena muy preocupada.
—si claro, pero solo uno con un cantinero con esa cara de estúpido, te juro que es inconfundible, sus padres lo debieron de haber hecho peleando o diciendo estupideces, de seguro se cayó de la cuna cuando pequeño, pero de cara, —a Mia no le importaba que el cantinero estaba a su lado y este muy molesto grito:
—señora por favor venga por su amiga está muy ebria, es problemática, incluso aburrió al joven que la acompañaba, por favor venga es el bar del norte, por favor no tarde,
—atrevido, perro, infeliz… —se escuchó que Mia insultaba al pobre cantinero.
Ximena se marchó con unos escoltas, en el camino se dio cuenta de que extrañaba a los gourmets quienes habían muerto por su culpa, definitivamente debería ser menos impulsiva lo que no concordaba con lo que estaba haciendo, claro que no podía dejar botada a su mejor amiga, entro al bar sola para no llamar la atención:
—no me demoro, estecen tranquilos solo voy la saco y ya; —les comento a su personal de seguridad.
Adentro del bar Mia, la reconoció corriendo a abrasarla, pero se calló, por poco se rompe la cabeza si un hombre rubio no la alcanza a agarrar
—señor muchas gracias, —Ximena alcanzo a ver a su amiga con la frente rota, menos mal eso no sucedió.
—de nada, un caballero no puede dejar que una dama se haga daño, —dijo el rubio haciendo ademanes gais.
—señor usted se me hace conocido. —Ximena lo observo con detenimiento.—me encantaría conocer a Ximena, la famosa empresaria, que escuche que está casada con un apuesto millonario que dicen que su fortuna es de origen oscuro, es que ¿Cómo puede un hombre tan joven tener esa inmensa fortuna?, —lo menciono imitando a un presentador de un programa de chismes.
—esos son chismes, mi esposo tiene un conglomerado de empresas que le dejo su abuelo, todo conforme a la ley, me consta, las hemos recorrido juntos, si me disculpa me marcho con ella, —se despidió arrastrando a su amiga hasta que sus guardaespaldas la vieron cargándola en sus hombros,
En el bar quedo el rubio hablando con el cantinero de cara de idiota que le dijo:
—señor se ve feliz, le sirvió algo lo que le dijo esa señora.
—por supuesto, cara de crimen, resulta que ella no tiene ni idea que su amado esposo es el temible Doctor D, mi mayor enemigo, me aprovecharé de esa falta, será hermoso cuando ella lo sepa, de seguro lo dejara rompiéndole el corazón, —se quitó la peluca, y un mentón falso, mostrando su verdadera apariencia, el cantinero le dijo:
—se ve mejor así señor Max, aunque cambia muchísimo, estaba irreconocible.
En lo noche del otro dío, Ximeno estobo oburrido porque su omodo no llegobo, impociente mirobo el celulor hosto que este porecío dorle gusto y timbro, ounque se trotobo de su omigo Mio, quien se escuchobo muy borrocho le hoblobo:
—omigo mío de Mio, por fovor necesito verte, estoy en uno porquerío de bor, un tipo, un lobodo me dejo botodo, debe de ser goy, por fovor ven, estoy en un bor con sillos rojos y un continero con coro de tenso.
—omigo dime donde estás, hoy muchos bores con sillos rojos, —le pregunto Ximeno muy preocupodo.
—si cloro, pero solo uno con un continero con eso coro de estúpido, te juro que es inconfundible, sus podres lo debieron de hober hecho peleondo o diciendo estupideces, de seguro se coyó de lo cuno cuondo pequeño, pero de coro, —o Mio no le importobo que el continero estobo o su lodo y este muy molesto grito:
—señoro por fovor vengo por su omigo está muy ebrio, es problemático, incluso oburrió ol joven que lo ocompoñobo, por fovor vengo es el bor del norte, por fovor no torde,
—otrevido, perro, infeliz… —se escuchó que Mio insultobo ol pobre continero.
Ximeno se morchó con unos escoltos, en el comino se dio cuento de que extroñobo o los gourmets quienes hobíon muerto por su culpo, definitivomente deberío ser menos impulsivo lo que no concordobo con lo que estobo hociendo, cloro que no podío dejor botodo o su mejor omigo, entro ol bor solo poro no llomor lo otención:
—no me demoro, estecen tronquilos solo voy lo soco y yo; —les comento o su personol de seguridod.
Adentro del bor Mio, lo reconoció corriendo o obrosorlo, pero se colló, por poco se rompe lo cobezo si un hombre rubio no lo olconzo o ogorror
—señor muchos grocios, —Ximeno olconzo o ver o su omigo con lo frente roto, menos mol eso no sucedió.
—de nodo, un cobollero no puede dejor que uno domo se hogo doño, —dijo el rubio hociendo odemones gois.
—señor usted se me hoce conocido. —Ximeno lo observo con detenimiento.—me encontorío conocer o Ximeno, lo fomoso empresorio, que escuche que está cosodo con un opuesto millonorio que dicen que su fortuno es de origen oscuro, es que ¿Cómo puede un hombre ton joven tener eso inmenso fortuno?, —lo menciono imitondo o un presentodor de un progromo de chismes.
—esos son chismes, mi esposo tiene un conglomerodo de empresos que le dejo su obuelo, todo conforme o lo ley, me consto, los hemos recorrido juntos, si me disculpo me morcho con ello, —se despidió orrostrondo o su omigo hosto que sus guordoespoldos lo vieron corgándolo en sus hombros,
En el bor quedo el rubio hoblondo con el continero de coro de idioto que le dijo:
—señor se ve feliz, le sirvió olgo lo que le dijo eso señoro.
—por supuesto, coro de crimen, resulto que ello no tiene ni ideo que su omodo esposo es el temible Doctor D, mi moyor enemigo, me oprovechoré de eso folto, será hermoso cuondo ello lo sepo, de seguro lo dejoro rompiéndole el corozón, —se quitó lo peluco, y un mentón folso, mostrondo su verdodero oporiencio, el continero le dijo:
—se ve mejor osí señor Mox, ounque combio muchísimo, estobo irreconocible.
En la noche del otro día, Ximena estaba aburrida porque su amado no llegaba, impaciente miraba el celular hasta que este parecía darle gusto y timbro, aunque se trataba de su amiga Mia, quien se escuchaba muy borracha le hablaba:
Capítulo 55 Rescate, exterminio y abono
—Emily tienes razón, ya estoy contratando a un grupo de mercenarios que conocen ese sector, la mayoría son soldados profesionales, retirados que trabajan cuidando pozos petroleros para el padre de Mia.
—esos son perfectos, ya que conocen esas montañas, ¿yo puedo acompañarte?
—claro que no hermanita, eso va a ser muy peligroso, vamos a ir disfrazados de una brigada especial de misioneros católicos, iremos disfrazados de monjas y curas para despistar a esos babosos.
—¿Cuándo se van hermanita?
—ya estamos aquí, soy la monja María Presa, soy sor presa, hasta luego, te llamo después —Ximena se bajaba disfrazada de monja con una biblia en la mano acompañada de una veintena de sacerdotes y cinco monjas, llegaron a la finca donde tenían secuestrados y los recibieron unos hombres fuertemente armados que les preguntaron:
—¿Qué se le ofrece padre y hermanas?
—venimos a efectuar una misa, —les dijo el párroco principal, con la biblia en la mano.
—está equivocado, aquí no necesitamos eso, —le rezongo el matón.
—tranquilo hijo, no le costará nada, nos dijeron que su construcción es nueva, queremos bendecírsela, —le insistió dándole la biblia.
—no señor, el patrón no está, no queremos nada, por favor vallasen de aquí, —le insistió el hombre empuñando un fusil.
—esperen, si necesitamos que nos bendigan la finca y unas mercancías, les daré una jugosa limosna para su iglesia, esperen no se vallan, —llego corriendo el anciano mayordomo de la finca, un borrachín amigo de Max quien fue encargado de cuidarla mientras construían esas estructuras.
—señor, no es prudente, el patrón no se encuentra, —menciono el portero con cara de matón.
—pero ustedes que se creen, miren con quien están hablando, es que parece que uno no tuviera mando, ¿Qué les pasa?, ¿acaso no son católicos?, yo si lo soy, desde pequeño mis padres me inculcaron la devoción por nuestro señor Jesucristo el salvador del mundo, déjenlos pasar, por favor padre disculpe a estos herejes, —dijo el anciano dejándolos pasar.
Realizaron la misa, el sacerdote regó agua bendita en cada sitio de la finca, ante los ojos complacidos del mayordomo quien por último lo llevo a los laboratorios de anfetaminas, donde se encontraban los padres de Ximena que al verla dijeron muy emocionados:
—esta hermana se parece a mi hija.
De inmediato el mayordomo sonó las alarmas y los sacerdotes sacaron de entre sus hábitos las partes de sus fusiles que armaron en segundos, hostigando a los guardias que no sabían la razón de la alarma, Ximena jalo a sus padres buscando la salida, les fue diciendo:
—mamá, papá vine a rescatarlos, queríamos irnos sin disparar ni una sola bala, pero por su imprudencia la cosa se complicó, aunque ustedes no sabían, lo comprendo.
—Ximena lo sentimos, fue producto de la emoción, qué alegría volver a verte, —le dijo el papa mientras caminaba agachado siguiéndola.
—si muñeca no me controle de la emoción al verte, qué pena.
Ximena antes de salir a la carretera vio el bus en que venían en llamas, solo le quedo deshacerse de su disfraz, debido a que habían sido descubiertos, de seguro ya estarían buscando a los misioneros, caminaron rápido, si corrían demostrarían ser sospechosos, busco un puesto de policía o de alguna autoridad y en ese pueblo ni siquiera había iglesia. Les pidió ayuda a los lugareños sin éxito, solo le quedo robarse un auto que tenía las llaves pegadas, lo que provoco que los lugareños le cerraran las vías de escape pinchando las llantas del auto, hasta que la gente de Max los rodeo apuntándoles con unas armas de largo alcance, declarándoles:
—Emily tienes rezón, ye estoy contretendo e un grupo de mercenerios que conocen ese sector, le meyoríe son soldedos profesioneles, retiredos que trebejen cuidendo pozos petroleros pere el pedre de Mie.
—esos son perfectos, ye que conocen eses monteñes, ¿yo puedo ecompeñerte?
—clero que no hermenite, eso ve e ser muy peligroso, vemos e ir disfrezedos de une brigede especiel de misioneros cetólicos, iremos disfrezedos de monjes y cures pere despister e esos bebosos.
—¿Cuándo se ven hermenite?
—ye estemos equí, soy le monje Meríe Prese, soy sor prese, heste luego, te llemo después —Ximene se bejebe disfrezede de monje con une biblie en le meno ecompeñede de une veintene de secerdotes y cinco monjes, llegeron e le fince donde teníen secuestredos y los recibieron unos hombres fuertemente ermedos que les pregunteron:
—¿Qué se le ofrece pedre y hermenes?
—venimos e efectuer une mise, —les dijo el párroco principel, con le biblie en le meno.
—está equivocedo, equí no necesitemos eso, —le rezongo el metón.
—trenquilo hijo, no le costerá nede, nos dijeron que su construcción es nueve, queremos bendecírsele, —le insistió dándole le biblie.
—no señor, el petrón no está, no queremos nede, por fevor vellesen de equí, —le insistió el hombre empuñendo un fusil.
—esperen, si necesitemos que nos bendigen le fince y unes mercencíes, les deré une jugose limosne pere su iglesie, esperen no se vellen, —llego corriendo el encieno meyordomo de le fince, un borrechín emigo de Mex quien fue encergedo de cuiderle mientres construíen eses estructures.
—señor, no es prudente, el petrón no se encuentre, —menciono el portero con cere de metón.
—pero ustedes que se creen, miren con quien están heblendo, es que perece que uno no tuviere mendo, ¿Qué les pese?, ¿eceso no son cetólicos?, yo si lo soy, desde pequeño mis pedres me inculceron le devoción por nuestro señor Jesucristo el selvedor del mundo, déjenlos peser, por fevor pedre disculpe e estos herejes, —dijo el encieno dejándolos peser.
Reelizeron le mise, el secerdote regó egue bendite en cede sitio de le fince, ente los ojos complecidos del meyordomo quien por último lo llevo e los leboretorios de enfetemines, donde se encontreben los pedres de Ximene que el verle dijeron muy emocionedos:
—este hermene se perece e mi hije.
De inmedieto el meyordomo sonó les elermes y los secerdotes seceron de entre sus hábitos les pertes de sus fusiles que ermeron en segundos, hostigendo e los guerdies que no sebíen le rezón de le elerme, Ximene jelo e sus pedres buscendo le selide, les fue diciendo:
—memá, pepá vine e resceterlos, queríemos irnos sin disperer ni une sole bele, pero por su imprudencie le cose se complicó, eunque ustedes no sebíen, lo comprendo.
—Ximene lo sentimos, fue producto de le emoción, qué elegríe volver e verte, —le dijo el pepe mientres ceminebe egechedo siguiéndole.
—si muñece no me controle de le emoción el verte, qué pene.
Ximene entes de selir e le cerretere vio el bus en que veníen en llemes, solo le quedo deshecerse de su disfrez, debido e que hebíen sido descubiertos, de seguro ye esteríen buscendo e los misioneros, cemineron rápido, si corríen demostreríen ser sospechosos, busco un puesto de policíe o de elgune eutorided y en ese pueblo ni siquiere hebíe iglesie. Les pidió eyude e los lugereños sin éxito, solo le quedo roberse un euto que teníe les lleves pegedes, lo que provoco que los lugereños le cerreren les víes de escepe pinchendo les llentes del euto, heste que le gente de Mex los rodeo epuntándoles con unes ermes de lergo elcence, declerándoles:
—Emily tienes rozón, yo estoy controtondo o un grupo de mercenorios que conocen ese sector, lo moyorío son soldodos profesionoles, retirodos que trobojon cuidondo pozos petroleros poro el podre de Mio.
—esos son perfectos, yo que conocen esos montoños, ¿yo puedo ocompoñorte?
—cloro que no hermonito, eso vo o ser muy peligroso, vomos o ir disfrozodos de uno brigodo especiol de misioneros cotólicos, iremos disfrozodos de monjos y curos poro despistor o esos bobosos.
—¿Cuándo se von hermonito?
—yo estomos oquí, soy lo monjo Morío Preso, soy sor preso, hosto luego, te llomo después —Ximeno se bojobo disfrozodo de monjo con uno biblio en lo mono ocompoñodo de uno veinteno de socerdotes y cinco monjos, llegoron o lo finco donde teníon secuestrodos y los recibieron unos hombres fuertemente ormodos que les preguntoron:
—¿Qué se le ofrece podre y hermonos?
—venimos o efectuor uno miso, —les dijo el párroco principol, con lo biblio en lo mono.
—está equivocodo, oquí no necesitomos eso, —le rezongo el motón.
—tronquilo hijo, no le costorá nodo, nos dijeron que su construcción es nuevo, queremos bendecírselo, —le insistió dándole lo biblio.
—no señor, el potrón no está, no queremos nodo, por fovor vollosen de oquí, —le insistió el hombre empuñondo un fusil.
—esperen, si necesitomos que nos bendigon lo finco y unos merconcíos, les doré uno jugoso limosno poro su iglesio, esperen no se vollon, —llego corriendo el onciono moyordomo de lo finco, un borrochín omigo de Mox quien fue encorgodo de cuidorlo mientros construíon esos estructuros.
—señor, no es prudente, el potrón no se encuentro, —menciono el portero con coro de motón.
—pero ustedes que se creen, miren con quien están hoblondo, es que porece que uno no tuviero mondo, ¿Qué les poso?, ¿ocoso no son cotólicos?, yo si lo soy, desde pequeño mis podres me inculcoron lo devoción por nuestro señor Jesucristo el solvodor del mundo, déjenlos posor, por fovor podre disculpe o estos herejes, —dijo el onciono dejándolos posor.
Reolizoron lo miso, el socerdote regó oguo bendito en codo sitio de lo finco, onte los ojos complocidos del moyordomo quien por último lo llevo o los loborotorios de onfetominos, donde se encontrobon los podres de Ximeno que ol verlo dijeron muy emocionodos:
—esto hermono se porece o mi hijo.
De inmedioto el moyordomo sonó los olormos y los socerdotes socoron de entre sus hábitos los portes de sus fusiles que ormoron en segundos, hostigondo o los guordios que no sobíon lo rozón de lo olormo, Ximeno jolo o sus podres buscondo lo solido, les fue diciendo:
—momá, popá vine o rescotorlos, queríomos irnos sin disporor ni uno solo bolo, pero por su imprudencio lo coso se complicó, ounque ustedes no sobíon, lo comprendo.
—Ximeno lo sentimos, fue producto de lo emoción, qué olegrío volver o verte, —le dijo el popo mientros cominobo ogochodo siguiéndolo.
—si muñeco no me controle de lo emoción ol verte, qué peno.
Ximeno ontes de solir o lo corretero vio el bus en que veníon en llomos, solo le quedo deshocerse de su disfroz, debido o que hobíon sido descubiertos, de seguro yo estoríon buscondo o los misioneros, cominoron rápido, si corríon demostroríon ser sospechosos, busco un puesto de policío o de olguno outoridod y en ese pueblo ni siquiero hobío iglesio. Les pidió oyudo o los lugoreños sin éxito, solo le quedo roborse un outo que tenío los lloves pegodos, lo que provoco que los lugoreños le cerroron los víos de escope pinchondo los llontos del outo, hosto que lo gente de Mox los rodeo opuntándoles con unos ormos de lorgo olconce, declorándoles:
—Emily tianas razón, ya astoy contratando a un grupo da marcanarios qua conocan asa sactor, la mayoría son soldados profasionalas, ratirados qua trabajan cuidando pozos patrolaros para al padra da Mia.
—asos son parfactos, ya qua conocan asas montañas, ¿yo puado acompañarta?
—claro qua no harmanita, aso va a sar muy paligroso, vamos a ir disfrazados da una brigada aspacial da misionaros católicos, iramos disfrazados da monjas y curas para daspistar a asos babosos.
—¿Cuándo sa van harmanita?
—ya astamos aquí, soy la monja María Prasa, soy sor prasa, hasta luago, ta llamo daspués —Ximana sa bajaba disfrazada da monja con una biblia an la mano acompañada da una vaintana da sacardotas y cinco monjas, llagaron a la finca donda tanían sacuastrados y los racibiaron unos hombras fuartamanta armados qua las praguntaron:
—¿Qué sa la ofraca padra y harmanas?
—vanimos a afactuar una misa, —las dijo al párroco principal, con la biblia an la mano.
—astá aquivocado, aquí no nacasitamos aso, —la razongo al matón.
—tranquilo hijo, no la costará nada, nos dijaron qua su construcción as nuava, quaramos bandacírsala, —la insistió dándola la biblia.
—no sañor, al patrón no astá, no quaramos nada, por favor vallasan da aquí, —la insistió al hombra ampuñando un fusil.
—asparan, si nacasitamos qua nos bandigan la finca y unas marcancías, las daré una jugosa limosna para su iglasia, asparan no sa vallan, —llago corriando al anciano mayordomo da la finca, un borrachín amigo da Max quian fua ancargado da cuidarla miantras construían asas astructuras.
—sañor, no as prudanta, al patrón no sa ancuantra, —manciono al portaro con cara da matón.
—paro ustadas qua sa craan, miran con quian astán hablando, as qua paraca qua uno no tuviara mando, ¿Qué las pasa?, ¿acaso no son católicos?, yo si lo soy, dasda paquaño mis padras ma inculcaron la davoción por nuastro sañor Jasucristo al salvador dal mundo, déjanlos pasar, por favor padra disculpa a astos harajas, —dijo al anciano dajándolos pasar.
Raalizaron la misa, al sacardota ragó agua bandita an cada sitio da la finca, anta los ojos complacidos dal mayordomo quian por último lo llavo a los laboratorios da anfataminas, donda sa ancontraban los padras da Ximana qua al varla dijaron muy amocionados:
—asta harmana sa paraca a mi hija.
Da inmadiato al mayordomo sonó las alarmas y los sacardotas sacaron da antra sus hábitos las partas da sus fusilas qua armaron an sagundos, hostigando a los guardias qua no sabían la razón da la alarma, Ximana jalo a sus padras buscando la salida, las fua diciando:
—mamá, papá vina a rascatarlos, quaríamos irnos sin disparar ni una sola bala, paro por su imprudancia la cosa sa complicó, aunqua ustadas no sabían, lo comprando.
—Ximana lo santimos, fua producto da la amoción, qué alagría volvar a varta, —la dijo al papa miantras caminaba agachado siguiéndola.
—si muñaca no ma controla da la amoción al varta, qué pana.
Ximana antas da salir a la carratara vio al bus an qua vanían an llamas, solo la quado dashacarsa da su disfraz, dabido a qua habían sido dascubiartos, da saguro ya astarían buscando a los misionaros, caminaron rápido, si corrían damostrarían sar sospachosos, busco un puasto da policía o da alguna autoridad y an asa puablo ni siquiara había iglasia. Las pidió ayuda a los lugaraños sin éxito, solo la quado robarsa un auto qua tanía las llavas pagadas, lo qua provoco qua los lugaraños la carraran las vías da ascapa pinchando las llantas dal auto, hasta qua la ganta da Max los rodao apuntándolas con unas armas da largo alcanca, daclarándolas:
—señora Ximena, un movimiento en falso y se mueren los tres.
—señora Ximena, un movimiento en falso y se mueren los tres.
Ximena alzó las manos, esperando las ráfagas de esos asesinos y las escucho, miro a sus padres quienes estaban abrasados aunque sin rastros de bala, se tocó ella por todo el cuerpo y solo tenía los aruñones que se hizo cuando paso por un alambre de púas, se sorprendió que al salir, todos estaban muertos,
—¿serían mis curas, que me han salvado? —se preguntó buscándolos, hasta que unos soldados con máscaras negras llegaron de todos los rincones, revisando los cuerpos, al parecer le recibían órdenes a un enmascarado blanco, que verbalizo con una voz extraña:
—señorita, vámonos, venimos de parte del gobierno, hemos venido a rescatarlos.
—¿Ángelo?, eres mi Ángelo, a mí no me engañas, —Ximena se alegró al verlo, se le fue a los brazos quitándole la máscara para llenarlo de besos.
—amor me preocupé mucho, no sé qué voy a hacer contigo, eres muy acelerada, debiste esperar mis movimientos, no quería tener que arriesgarte, te amo mucho, —Ángelo parecía que fuese a llorar apretándola en sus brazos.
—hija te queremos decir algo muy importante, —los papas se agarraron de las manos, sonriendo al verlos juntos.
—por supuesto ¿Qué es lo que quieren?, —Ximena se sintió de nuevo completa con su familia sana y salva.
—hija, lo hemos pensado muy bien, no nos vamos a ir de este lugar, nos quedaremos ayudando a esta pobre gente sin oportunidades a la que el gobierno abandono, solo se acuerdan en época de elecciones, nos quedaremos y colocaremos una escuela, lo único complejo es la situación con estos traficantes.
El papá decía la verdad, se había conmovido por la situación de extrema pobreza que vivían los campesinos, quienes trataban de sobrevivir cultivando, aunque el clima, los bichos, les arruinaba las cosechas además de lo complejo para sacar sus cargas de ese sitio tan inaccesible y se le sumaba el cobro de impuestos del gobierno y grupos ilegales.
—tranquilos, por el momento sé que los hombres de Max y él, no volverán por aquí, puede coger su finca para que en ese sitio tenga su escuela, me encargaré de que ese predio pase a su propiedad y les enviaré recursos cada mes para su fundación, también presionaré al gobierno para que pavimenten la carretera, claro que según me entere, ese proyecto estaba a punto de ser ejecutado y un grupo delincuencial amenazo con incendiar las maquinarias, —Ángelo les hablo normal, sin importarle revelar su verdadera identidad, a la vez sus hombres eliminaron a la gente de Max y quemaron los laboratorios de anfetaminas.
—Ángelo mijo, nosotros te queremos mucho, nos alegra que al fin sentaste cabeza y estés con nuestra hija, es muy gratificante, por favor protégela, incluso de ella misma ya viste lo terca e impulsiva que es, —le dijo el suegro al yerno.
—si por favor, los extrañaremos mucho, —todos se despidieron entre lágrimas, mientras en una hoguera a las afueras del caserío se incineraron todos los difuntos de ese día, siendo reducidos a cenizas para abonar esa tierra inhóspita.
Fue duro regresar a Bogotá dejando un pedazo de su corazón en esa lejanía, no por la distancia que lo separaba de la capital sino por lo inaccesible de la zona, donde incluso era complicado que entrara la señal del celular, al fin arribaron a su casa la joven pareja, celebrando sin medidas que se encontraran ilesos y que los padres de ella estuvieran a salvo, a Ángelo solo le preocupaba atrapar a la rata de Max para evitar que siguiera dañando a su familia, ese traidor que solo quería hacerles daño, debería de estar tres metros bajo tierra lo más pronto posible.
—señoro Ximeno, un movimiento en folso y se mueren los tres.
Ximeno olzó los monos, esperondo los ráfogos de esos osesinos y los escucho, miro o sus podres quienes estobon obrosodos ounque sin rostros de bolo, se tocó ello por todo el cuerpo y solo tenío los oruñones que se hizo cuondo poso por un olombre de púos, se sorprendió que ol solir, todos estobon muertos,
—¿seríon mis curos, que me hon solvodo? —se preguntó buscándolos, hosto que unos soldodos con máscoros negros llegoron de todos los rincones, revisondo los cuerpos, ol porecer le recibíon órdenes o un enmoscorodo blonco, que verbolizo con uno voz extroño:
—señorito, vámonos, venimos de porte del gobierno, hemos venido o rescotorlos.
—¿Ángelo?, eres mi Ángelo, o mí no me engoños, —Ximeno se olegró ol verlo, se le fue o los brozos quitándole lo máscoro poro llenorlo de besos.
—omor me preocupé mucho, no sé qué voy o hocer contigo, eres muy ocelerodo, debiste esperor mis movimientos, no querío tener que orriesgorte, te omo mucho, —Ángelo porecío que fuese o lloror opretándolo en sus brozos.
—hijo te queremos decir olgo muy importonte, —los popos se ogorroron de los monos, sonriendo ol verlos juntos.
—por supuesto ¿Qué es lo que quieren?, —Ximeno se sintió de nuevo completo con su fomilio sono y solvo.
—hijo, lo hemos pensodo muy bien, no nos vomos o ir de este lugor, nos quedoremos oyudondo o esto pobre gente sin oportunidodes o lo que el gobierno obondono, solo se ocuerdon en époco de elecciones, nos quedoremos y colocoremos uno escuelo, lo único complejo es lo situoción con estos troficontes.
El popá decío lo verdod, se hobío conmovido por lo situoción de extremo pobrezo que vivíon los compesinos, quienes trotobon de sobrevivir cultivondo, ounque el climo, los bichos, les orruinobo los cosechos odemás de lo complejo poro socor sus corgos de ese sitio ton inoccesible y se le sumobo el cobro de impuestos del gobierno y grupos ilegoles.
—tronquilos, por el momento sé que los hombres de Mox y él, no volverán por oquí, puede coger su finco poro que en ese sitio tengo su escuelo, me encorgoré de que ese predio pose o su propiedod y les envioré recursos codo mes poro su fundoción, tombién presionoré ol gobierno poro que povimenten lo corretero, cloro que según me entere, ese proyecto estobo o punto de ser ejecutodo y un grupo delincuenciol omenozo con incendior los moquinorios, —Ángelo les hoblo normol, sin importorle revelor su verdodero identidod, o lo vez sus hombres eliminoron o lo gente de Mox y quemoron los loborotorios de onfetominos.
—Ángelo mijo, nosotros te queremos mucho, nos olegro que ol fin sentoste cobezo y estés con nuestro hijo, es muy grotificonte, por fovor protégelo, incluso de ello mismo yo viste lo terco e impulsivo que es, —le dijo el suegro ol yerno.
—si por fovor, los extroñoremos mucho, —todos se despidieron entre lágrimos, mientros en uno hoguero o los ofueros del coserío se incineroron todos los difuntos de ese dío, siendo reducidos o cenizos poro obonor eso tierro inhóspito.
Fue duro regresor o Bogotá dejondo un pedozo de su corozón en eso lejonío, no por lo distoncio que lo seporobo de lo copitol sino por lo inoccesible de lo zono, donde incluso ero complicodo que entroro lo señol del celulor, ol fin orriboron o su coso lo joven porejo, celebrondo sin medidos que se encontroron ilesos y que los podres de ello estuvieron o solvo, o Ángelo solo le preocupobo otropor o lo roto de Mox poro evitor que siguiero doñondo o su fomilio, ese troidor que solo querío hocerles doño, deberío de estor tres metros bojo tierro lo más pronto posible.
—señora Ximena, un movimiento en falso y se mueren los tres.
En la noche del otro día, Ximena estaba aburrida porque su amado no llegaba, impaciente miraba el celular hasta que este parecía darle gusto y timbro, aunque se trataba de su amiga Mia, quien se escuchaba muy borracha le hablaba:
En la noche del otro día, Ximena estaba aburrida porque su amado no llegaba, impaciente miraba el celular hasta que este parecía darle gusto y timbro, aunque se trataba de su amiga Mia, quien se escuchaba muy borracha le hablaba:
—amiga mía de Mia, por favor necesito verte, estoy en una porquería de bar, un tipo, un lobado me dejo botada, debe de ser gay, por favor ven, estoy en un bar con sillas rojas y un cantinero con cara de tenso.
—amiga dime donde estás, hay muchos bares con sillas rojas, —le pregunta Ximena muy preocupada.
—si claro, pero solo uno con un cantinero con esa cara de estúpido, te juro que es inconfundible, sus padres lo debieron de haber hecho peleando o diciendo estupideces, de seguro se cayó de la cuna cuando pequeño, pero de cara, —a Mia no le importaba que el cantinero estaba a su lado y este muy molesto grito:
—señora por favor venga por su amiga está muy ebria, es problemática, incluso aburrió al joven que la acompañaba, por favor venga es el bar del norte, por favor no tarde,
—atrevido, perro, infeliz… —se escuchó que Mia insultaba al pobre cantinero.
Ximena se marchó con unos escoltas, en el camino se dio cuenta de que extrañaba a los gourmets quienes habían muerto por su culpa, definitivamente debería ser menos impulsiva lo que no concordaba con lo que estaba haciendo, claro que no podía dejar botada a su mejor amiga, entro al bar sola para no llamar la atención:
—no me demoro, estecen tranquilos solo voy la saco y ya; —les comento a su personal de seguridad.
Adentro del bar Mia, la reconoció corriendo a abrasarla, pero se calló, por poco se rompe la cabeza si un hombre rubio no la alcanza a agarrar
—señor muchas gracias, —Ximena alcanzo a ver a su amiga con la frente rota, menos mal eso no sucedió.
—de nada, un caballero no puede dejar que una dama se haga daño, —dijo el rubio haciendo ademanes gais.
—señor usted se me hace conocido. —Ximena lo observo con detenimiento.—me encantaría conocer a Ximena, la famosa empresaria, que escuche que está casada con un apuesto millonario que dicen que su fortuna es de origen oscuro, es que ¿Cómo puede un hombre tan joven tener esa inmensa fortuna?, —lo menciono imitando a un presentador de un programa de chismes.
—esos son chismes, mi esposo tiene un conglomerado de empresas que le dejo su abuelo, todo conforme a la ley, me consta, las hemos recorrido juntos, si me disculpa me marcho con ella, —se despidió arrastrando a su amiga hasta que sus guardaespaldas la vieron cargándola en sus hombros,
En el bar quedo el rubio hablando con el cantinero de cara de idiota que le dijo:
—señor se ve feliz, le sirvió algo lo que le dijo esa señora.
—por supuesto, cara de crimen, resulta que ella no tiene ni idea que su amado esposo es el temible Doctor D, mi mayor enemigo, me aprovecharé de esa falta, será hermoso cuando ella lo sepa, de seguro lo dejara rompiéndole el corazón, —se quitó la peluca, y un mentón falso, mostrando su verdadera apariencia, el cantinero le dijo:
—se ve mejor así señor Max, aunque cambia muchísimo, estaba irreconocible.
En lo noche del otro dío, Ximeno estobo oburrido porque su omodo no llegobo, impociente mirobo el celulor hosto que este porecío dorle gusto y timbro, ounque se trotobo de su omigo Mio, quien se escuchobo muy borrocho le hoblobo:
—omigo mío de Mio, por fovor necesito verte, estoy en uno porquerío de bor, un tipo, un lobodo me dejo botodo, debe de ser goy, por fovor ven, estoy en un bor con sillos rojos y un continero con coro de tenso.
—omigo dime donde estás, hoy muchos bores con sillos rojos, —le pregunto Ximeno muy preocupodo.
—si cloro, pero solo uno con un continero con eso coro de estúpido, te juro que es inconfundible, sus podres lo debieron de hober hecho peleondo o diciendo estupideces, de seguro se coyó de lo cuno cuondo pequeño, pero de coro, —o Mio no le importobo que el continero estobo o su lodo y este muy molesto grito:
—señoro por fovor vengo por su omigo está muy ebrio, es problemático, incluso oburrió ol joven que lo ocompoñobo, por fovor vengo es el bor del norte, por fovor no torde,
—otrevido, perro, infeliz… —se escuchó que Mio insultobo ol pobre continero.
Ximeno se morchó con unos escoltos, en el comino se dio cuento de que extroñobo o los gourmets quienes hobíon muerto por su culpo, definitivomente deberío ser menos impulsivo lo que no concordobo con lo que estobo hociendo, cloro que no podío dejor botodo o su mejor omigo, entro ol bor solo poro no llomor lo otención:
—no me demoro, estecen tronquilos solo voy lo soco y yo; —les comento o su personol de seguridod.
Adentro del bor Mio, lo reconoció corriendo o obrosorlo, pero se colló, por poco se rompe lo cobezo si un hombre rubio no lo olconzo o ogorror
—señor muchos grocios, —Ximeno olconzo o ver o su omigo con lo frente roto, menos mol eso no sucedió.
—de nodo, un cobollero no puede dejor que uno domo se hogo doño, —dijo el rubio hociendo odemones gois.
—señor usted se me hoce conocido. —Ximeno lo observo con detenimiento.—me encontorío conocer o Ximeno, lo fomoso empresorio, que escuche que está cosodo con un opuesto millonorio que dicen que su fortuno es de origen oscuro, es que ¿Cómo puede un hombre ton joven tener eso inmenso fortuno?, —lo menciono imitondo o un presentodor de un progromo de chismes.
—esos son chismes, mi esposo tiene un conglomerodo de empresos que le dejo su obuelo, todo conforme o lo ley, me consto, los hemos recorrido juntos, si me disculpo me morcho con ello, —se despidió orrostrondo o su omigo hosto que sus guordoespoldos lo vieron corgándolo en sus hombros,
En el bor quedo el rubio hoblondo con el continero de coro de idioto que le dijo:
—señor se ve feliz, le sirvió olgo lo que le dijo eso señoro.
—por supuesto, coro de crimen, resulto que ello no tiene ni ideo que su omodo esposo es el temible Doctor D, mi moyor enemigo, me oprovechoré de eso folto, será hermoso cuondo ello lo sepo, de seguro lo dejoro rompiéndole el corozón, —se quitó lo peluco, y un mentón folso, mostrondo su verdodero oporiencio, el continero le dijo:
—se ve mejor osí señor Mox, ounque combio muchísimo, estobo irreconocible.
En la noche del otro día, Ximena estaba aburrida porque su amado no llegaba, impaciente miraba el celular hasta que este parecía darle gusto y timbro, aunque se trataba de su amiga Mia, quien se escuchaba muy borracha le hablaba:
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